Amor oculto, persecución constante
Miradas prolongadas, pláticas someras e intensas, amor y deseo por la otra, marcaban la relación de las maestras Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga. Siendo entre mujer y hombre esto no sería lo suficientemente soez para la sociedad -de buenas costumbres- pero ellas representan históricamente las barreras sociales y culturales en la España de su época, que al igual que en otras naciones, impedía a dos mujeres tener una relación erótico-afectiva. Pese a los cambios legislativos que lo reconocen hoy como un derecho en algunos países, sigue prevaleciendo la heteronormatividad y, con ello, la violencia hacia lo diverso.
La importancia de la vida de estas mujeres personificada en el filme que lleva sus nombres Elisa y Marcela refleja cuidado cinematográfico y estético para contar una historia basada en hechos reales, de secretos y prejuicios sobre lo que no era aceptado al hablar de relaciones de pareja, familia y preferencia sexual a principios del siglo XX. Planos blanco y negro, una narrativa poética y documentación se conjugan para mostrar cómo ambas mujeres eran juzgadas simbólica y físicamente por vivir juntas, la imagen sobre la identidad falsa de Elisa, el embarazo de Marcela, el arresto por travestismo y la persecución por tener una relación lésbica.
Dada la temática, Elisa y Marcela simbolizan un precedente del matrimonio igualitario en España, el cual fue legalizado en 2005, por lo que llevarlo a un largometraje en momentos en donde se cree que los derechos políticos en materia LGBTI ya están ganados implica, por un lado, visibilizar que las mujeres lesbianas han existido siempre. Por otro, invita a cuestionar ¿qué de lo vivido por estas mujeres prevalece en nuestra época?, y así no dejar de lado las luchas que han antecedido para una vida en donde la orientación sexual no esté marcada por el estigma, la discriminación y la violencia.
Elisa y Marcela
Dir: Isabel Coixet
Netflix, 2019