Juan, de 35 años, introvertido, con un trabajo estable y “cero atractivo” –según su percepción–, conoció a su antítesis en un baño público de Insurgentes, y se enamoró perdidamente de él. A partir de este encuentro, Juan e Irving mantienen un amor en la crisis de la modernidad, donde su única felicidad es un depósito quincenal, el contenido ofrecido en Netflix y los encuentros sexuales “discretos”. Entre caprichos, bromas y fugas emocionales, deciden que sus vidas no son lo suficientemente emocionantes, por lo que Winnipeg les ofrece esta vuelta de tuerca que les haga experimentar un amor más apasionado y radical.

Sin contar con un intercambio sexual precipitado, una madre desolada por no ver a su hijo casarse con una mujer, y una crisis económica imperceptible, el viaje que los dos aventureros habían emprendido se convierte en momentos de celos, inseguridades, violencia, coerción sexual y pocas veces amor, que, en conjunto, hacían polvo las expectativas de uno en el otro.

En medio de la crisis amorosa, la madre de Irving, después de todo, contemplaba que era mejor que un hombre amara realmente a su hijo, a una vida heterosexual de infierno como la de ella. Por otro lado, se abrieron viejas heridas que en sí ya no lastimaban y se podían comprender mundos en los que se abriera paso a la diversidad sexual y al análisis de como conducir relaciones más felices.

Estúpida historia de amor en Winnipeg, dirigida por Sebastián Sánchez Amunátegui, expresa la modernidad de un amor diverso, idílico, que entraña el deseo y las percepciones de una pareja donde la diferencia de edad y las convicciones que le acompañan van más allá de una orientación sexual. La visibilidad de las relaciones homosexuales fuera del imaginario coital se ven reflejadas en escena gracias a la impecable actuación de José Ramón Berganza, Milleth Gómez y Martín Saracho.
Esta obra se presenta cada martes a las 20:30 horas, hasta el 17 de diciembre en el Centro Cultural Helénico.

Estúpida historia de amor en Winnipeg

Autor: Carlos Talancón
Dirección: Sebastián Sánchez Amunátegui