Cuestionamiento a la maternidad
¿Existe una función primordial para la mujer? ¿Debe la mujer cumplir con alguna función en específico en nuestras sociedades? ¿Cabe la posibilidad de que las mujeres puedan decidir sobre sus vidas sin tener que soportar el peso de una sociedad que les ha predeterminado un rol? Son algunas de las preguntas derivadas de la más reciente novela de Guadalupe Nettel, La hija única (Anagrama, 2020), en cuya trama se abordan las historias de tres mujeres y su vínculo con la maternidad.
Basada en una historia real combinada con otras historias secundarias, la novela aborda diferentes aspectos relacionados con el ejercicio de la maternidad en situaciones límite donde se ponen en entredicho los principios morales de la persona, al tener que debatirse la decisión de la continuación o no de la vida de una persona recién nacida o el qué hacer con su vida a pesar de una gran cantidad de adversidades que debe enfrentar, y que de facto, se sabe, serán difíciles para tener certeza de un desarrollo pleno. O el pensar en qué hacer cuando el descendiente tiene visos de una anomalía mental o imita conductas violentas de riesgo para la propia madre.
A lo largo de las historias, se pueden conocer las diferentes formas de ejercer y pensar la maternidad en distintos espacios. También se asoman las exigencias sociales construidas alrededor de las mujeres de tener que ser madres perfectas, basadas en el referente ideológico de la asociación de la madre con una virgen, estableciéndola como un ícono que debe ser copiado e imitado, incluida su sacralidad, así como el estigma subyacente alrededor de aquellas mujeres que deciden renunciar a ese rol.
Sin embargo, para la autora, dicha construcción de la imagen maternal no es única, ni hay madres perfectas o imperfectas. Queda abierta la pregunta de si hay una norma específica alrededor de la maternidad o es una norma inventada que realmente no puede cumplirse.
En un segundo plano, pero de manera contundente, está presente el debate sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y a cuestionar si su función primordial es el ser madres o no, y en caso de esto último, contar con el respeto de su elección de vida, sinseñalar que esa vida está incompleta. En sí, dibujar a la maternidad como una elección y no como una imposición.