Sorn es un joven que pasa las noches trabajando para poder sobrevivir, sólo que su oficio no es tan convencional. Desnudarse en un club para hombres y ejercer el trabajo sexual son los espacios que encontró para abrirse paso en un país que no es el suyo y que mira con malos ojos a quienes, como él, han llegado huyendo de la guerra.

En su natal Myanmar, Sorn se vio orillado a integrarse al ejército, que necesita reclutas después de haber mantenido un conflicto interno que ya ha durado décadas. Pero esa vida no era para él, por lo que decidió escapar hacia la vecina Tailandia.

En este nuevo país, encuentra que los servicios sexuales son la opción más viable para llevar el día a día. El dinero que gana allí y los clientes asiduos le permiten pagar las cuentas y reunir algo de dinero para obtener documentos legales que faciliten su situación como migrante.

Doi Boy, dirigida por Nontawat Numbenchapol, es un vistazo al camino que Sorn ha recorrido y que lo lleva a enfrentar una encrucijada, cuando uno de sus clientes le encomienda un trabajo especial, que no se siente capaz de realizar.

El joven encuentra una relación amorosa en Tailandia y se va a vivir con Sum, una chica que trabaja también de noche, en un bar donde el trabajo sexual igual puede suceder si se da la ocasión.

La orientación sexual de Sorn nunca se aclara a lo largo de la trama, ni tampoco si Sum está enterada de lo que hace su novio para sobrevivir. El tema principal no parece ser el trabajo sexual, sino más bien la precariedad y la fugacidad de unos años de juventud que parecen pender de un hilo en medio de una situación de extrema vulnerabilidad.

Después de títulos como Hambre y Larga vida al amor, la plataforma Netflix apuesta nuevamente por una producción tailandesa. Sin embargo, la historia tiene mucho espacio para la interpretación y deja pasar la oportunidad de profundizar más en la vivencia de los personajes.

Doi Boy

Director: Nontawat Numbenchapol

Tailandia, 2023