¿Existe la normalidad sexual?
La sexualidad es inherente al ser humano. A lo largo de todas las épocas ha estado presente. Desde los mitos hasta múltiples obras de arte, su evocación es parte de las mismas. Incluso, a nivel antropológico, se ha debatido que el ejercicio de la sexualidad es una de las necesidades esenciales a subsanar por parte del ser humano, y puede hacerse de formas tan variadas, conforme al contexto sociocultural de las personas, que es muy simbólica y diversa.
A través del ensayo literario, Luisgé Martín busca la resolución de la pregunta sobre si existe la normalidad sexual, planteando que dicha rigidez conductual inicia en el siglo XIX al comenzar a estudiarse y clasificarse por parte de médicos y psicólogos, quienes la delimitan y establecen cánones a seguir.
Por esa razón, dentro de la clasificación médica vigente hasta el día de hoy, existe el término parafilia para definir todo aquello considerado como “fuera de lo común” en las prácticas sexuales, pues delimitan algunas, pero como expone el propio autor, hay muchas otras ausentes en dicha lista arbitraria.
Sexo kinky, voyeurismo, necrofilia, zoofilia, sadomasoquismo, entre muchas otras prácticas sexuales, son posibles en la búsqueda del placer, por lo que su clasificación resulta insuficiente, e incluso inútil, pues siempre existirán recovecos a través de los cuales se abran nuevos caminos de exploración.
Para confrontar al público lector, el escritor madrileño afirma que en el ámbito de la vida sexual, se ha considerado que quienes son ortodoxos tienen costumbres eróticas vulgares y tradicionales, faltas de inventiva y temerosas de la transgresión, mientras que quienes son heterodoxos son atraídos por experiencias sexuales excéntricas, difíciles de comprender y de explicar.
De allí que en la búsqueda de nuestro placer corramos el riesgo de plantearnos constantemente la pregunta de qué tan normales somos u optemos por el goce y la obtención de sensaciones placenteras, siempre y cuando no afectemos la integridad de nadie y lo hagamos bajo su consentimiento.
¿Soy yo normal? Filias y parafilias sexuales
Luisgé Martín
Anagrama/2022