Chirbes
Multifacético, gran lector de la realidad social y de sus tiempos, las décadas de los 80 y los 90 en una España en transición, Rafael Chirbes irrumpe en la escena de las letras ibéricas con una primera novela, Mimoun (1988), en la que narra las vivencias de un profesor español en Marruecos, donde llega a tomarse un tiempo para terminar de escribir una novela. Pero, en realidad, a través de la generación de diversos vínculos, comienza a autodescubrirse y a vivir situaciones que, en su lugar de origen, no hubiera experimentado, entre ellas, el vínculo erótico con otros hombres. Después, culmina su obra, más de 25 años después, con Paris-Austerlitz, publicada post mortem, en 2016, en la que narra el amor de un joven pintor español de familia acomodada que juega a la bohemia en París -y que es la voz narradora- y un rudo obrero francés de edad madura, en su ilusión inicial llena de pasión y en su agonía, preñada de culpa.
Terminada de manera súbita, la carrera de Shirbes culmina con otra sorpresa. Además de su última novela, deja sus documentos corregidos y con la calidad suficiente, los primeros tomos de sus memorias, para poder ser publicados. Bajo el nombre de Diarios. A ratos perdidos 1 y 2, las páginas de este trabajo permiten conocer el pensamiento de una época en la que comenzaba el cambio de mentalidad de una sociedad en la que el matrimonio igualitario y la interrupción del embarazo se discutían, a pesar del fuerte influjo de la Iglesia católica y del arraigo de ciertos valores.
Las partes que retoma de su vida comienzan en la década de los 80, con un viaje a París, donde obtiene múltiples experiencias para comenzar a escribir su obra, que pocos años después, comenzaría a ser considerada como referente ante las temáticas abordadas sin prejuicio a largo de sus escritos.
Dividida por décadas de vida, viajes y experiencias, este compilado de memorias ayuda a comprender ciertas interrogantes a lo largo de la trayectoria del literato valenciano, quien, de cierta manera, guardó un cierto silencio con respecto al tema de la diversidad sexual, pero, que tanto al comienzo de sus incursiones novelescas como al final de sus días, irrumpe de manera vertiginosa en los estantes de muchas personas narrándoles aspectos del amor, del desamor, de la convivencia y de muchos otros aspectos captados por su hábil lente, y más aún, agilidad mental. Dejando como legado, la necesidad de derribar barreras y dar paso a un mundo sin cortapisas.
Diarios. A ratos perdidos 1 y 2
Rafael Chirbes
Anagrama
2022