Calma antes de la tormenta
En este pueblo de la costa del Pacífico mexicano, la vida es sencilla. El sol cae recto sobre sus casas bajitas y las niñas y niños que aquí viven están acostumbrados a corretear entre el calor y la humedad.
En la niñez todo es juego, o al menos, así debería ser. Preocuparse sólo por terminar temprano las tareas escolares para pasar la tarde jugando futbol o corriendo por ahí. Pareciera que nada puede arrebatar la felicidad que da la simpleza de esta vida.
Pero la niñez acaba pronto. Eso lo sabe bien Arturo, quien ya ha entrado en la adolescencia y, aunque sigue compartiendo su tiempo con los más pequeños, ya no ve la vida con tanta inocencia.
La realidad se pone cada vez más áspera cuando se vive con un secreto, con algo oculto que se siente como el lastre más pesado y para lo cual casi no existe un lugar suficientemente lejano que lo esconda.
Arturo quiere hablar con sus padres porque necesita soltar ese secreto, pero tiene miedo de lo que pueda pasar cuando les hable de su mayor sueño: vestirse como mujer.
Mientras él se prepara para librar esa batalla simbólica, en el pueblo corre la sangre de un enfrentamiento real. Un festejo es cortado de tajo por las balas, que son sólo un ejemplo de la violencia que permea en tantos rincones del país.
Niños y niñas tratan de procesar el hecho, como si contarlo una y otra vez, cada vez con más detalles, compitiendo para saber quién estaba más cerca de donde cayó el cuerpo de la víctima, pudiera darle algún sentido al sinsentido que es un asesinato.
Cosas que no hacemos es un documental dirigido por Bruno Santamaría, quien buscó retratar la vida de un pueblo casi idílico a través de la mirada de la infancia. El tono parsimonioso puede ser muy contrastante con la velocidad del entorno urbano, que no puede permitirse el lujo de pasar la vida con la calma y la espontaneidad de un niño.
Cosas que no hacemos
Director: Bruno Santamaría
México, 2020