Corazón trastocado, el amor como refugio
Muchas veces nos cuestionamos si una de las mejores opciones que tenemos en la vida es huir de aquello que nos provoca dolor o permanecer en la misma situación hasta llegar a las últimas consecuencias. La existencia en sí podría parecer anquilosada cuando el entorno parece no cambiar nunca y revivimos constantemente los hechos acontecidos, sin esperanza de que ocurran nuevos.
En medio de una zona devastada por la guerra, dos chicos jóvenes ven florecer un sentimiento que se esconde en una casa deshabitada y desvencijada para evitar ser cuestionado aunque, en algún momento, es cada vez más complejo mantener ese anonimato y las presiones sociales están a flor de piel, aunque la creatividad siempre trastoca cualquier barrera y la supera.
A veces los recuerdos conllevan a cuestionarse el presente. Por ejemplo, al rememorar la insistencia de un padre para que su hijo cumpla con lo que espera de él, sin respetar lo que él quiere ser o la manera en que va construyendo su propia identidad, o la esperanza de una madre de buscar figuras para su hijo que le permitan modificar su manera de ser, aunque aquél las deteste.
Incertidumbre es lo que provoca la ausencia y para el protagonista de esta historia, la vida sin Boris es más compleja y lenta; en algunos puntos, invivible. Cuenta los segundos para volver a escribirle una carta con los acontecimientos más importantes de sus últimos días, pero también para expresarle su amor y su necesidad de contar con su consejo y respaldo.
En cambio Boris es más sigiloso, está y no está presente, se camufla, da rienda suelta a su pasión de estar detrás de la lente de una cámara fotográfica, a la deriva, lejano y cercano, apasionado y frío, viril y débil, pasional y racional, posesivo en lo carnal, simple en lo emocional, conocido y desconocido, pero jamás indiferente.
Entrelazada con un toque poético, Napalm en el corazón, de Pol Guasch, recién galardonada con el Premio Llibres Anagrama de Novela, apuesta por la combinación de los versos libres, la epístola y la narrativa para crear un escenario situable en cualquier punto del planeta, donde la ruptura de la normatividad es sancionable, pero también siempre surgirá una última opción para dar un grito de libertad.