Ese monstruo trasgresor
¿De verdad el psicoanálisis ha ayudado a mejorar la vida de las personas trans o por más de un siglo se ha convertido en una herramienta de represión hacia quienes transgreden las normativas sociales, justificando la patologización y los cuestionamientos médicos y sociales hacia la transgenereidad y transexualidad? Para Paul B. Preciado, el uso de la teoría psicoanalítica ha contribuido más a lo segundo que a lo primero.
A partir de la experiencia de ser invitado a dar una conferencia de la Escuela de la Causa Freudiana en París frente a más de tres mil 500 especialistas y no poder terminar su participación debido a múltiples cuestionamientos y abucheos, el filósofo decidió publicar su intervención completa, como la había preparado, con algunos agregados, para cuestionar, como ha hecho a lo largo de toda su obra intelectual, a partir de la noción de biopoder foucaltiana, a una de las corrientes teóricas de la psicología más seguidas y aclamadas, pero, que, desde su punto de vista, también podría ser de las más conservadoras en cuanto a sexualidad y género.
A través de un recuento histórico del desarrollo del psicoanálisis y de sus vivencias propias como usuaria y usuario de servicios psicológicos durante muchos años de su juventud, Preciado revisa el régimen de la diferencia sexual con la que trabaja el psicoanálisis.
Aludiendo a la literatura kafkiana, caracterizada por las metáforas de los residuos sociales, que en un contrapunto, en realidad no lo son, sino más bien, podrían tener más preponderancia de la que podría asociárseles, el también autor de Identidades minoritarias y sus representaciones críticas, se asume como un monstruo, pues, para cualquier psicoanalista o cualquier otra persona, quien transgrede las normas heteropatriarcales se convierte en una abominación.
Yo soy el monstruo que os habla. Informe para una academia de psicoanalistas
Paul B. Preciadol
Anagrama, 2020