Mi madre, la espía
El día en que el joven András Forgách fue a recoger su pasaporte para poder viajar a visitar a su abuelo, no sabía que el régimen comunista de su país, Hungría, comandado por János Kádar, sabía todo de él: que era dramaturgo, que había estudiado Historia de la Filosofía y que se estaba preparando para ser realizador cinematográfico. También que aunque se declaraba comunista y estaba inscrito en la Federación Húngara de la Juventud Comunista, no podía asumir “las responsabilidades que conlleva militar en el partido”.
El gobierno también sabía que su viaje a Israel tenía como objetivo visitar a un hombre muy particular. Avi-Shaul era su abuelo, pero también un reconocido escritor y un personaje de renombre.
Lo que Forgách no sabía en aquel momento era que ese aparato de vigilancia que seguía cada uno de sus pasos no había tenido que esforzarse demasiado para conocer todos los detalles de su vida. Solo necesitó acercarse a una informante clave: su madre, espía del régimen que lo mismo entregó datos sobre vecinos que sobre amigos y familiares, además de cumplir con todas las demás misiones que se le encomendaron.
Ya habían pasado varias décadas del fin del régimen cuando el escritor fue notificado sobre una serie de documentos que podían interesarle. Al revisar el archivo, se encontró con cientos de fichas que detallaban todo el trabajo de una madre que hasta entonces había conocido como amorosa y abnegada, al cuidado de una familia y un marido que sufría de brotes psicóticos.
Después de esa noticia que removió la percepción de su familia y de su propia vida, András Forgách escribió El expediente de mi madre, una novela que entreteje la rica narrativa de la literatura con la rigidez de las fichas de trabajo que sólo buscan mantener informado al sistema. Buscando respuestas en el acendrado patriotismo o en la fe en el comunismo de su madre, el autor intenta descifrar si aquella espía podía ser o no la misma persona que él creía conocer.
El expediente de mi madre
András Forgách
Anagrama, 2018