Crímenes clericales
Cathy Cesnik era una joven religiosa que daba clases en una escuela católica para niñas en Baltimore, Estados Unidos, en los años sesenta. A diferencia del resto de la plantilla del colegio, Cesnik era joven y siempre procuraba motivar a sus alumnas, quienes, en general, la adoraban.
Sin embargo, un día de invierno, la monja desaparece. Su automóvil es encontrado en la esquina de su casa, pero ni rastro de ella. La desaparición se vuelve un escándalo mediático que culmina con el hallazgo del cuerpo de la mujer en un descampado, en las afueras de la ciudad. El crimen nunca fue esclarecido.
La serie The Keepers fue apenas la segunda producción true crime (seguimiento de un asesinato real) de Netflix. A su lanzamiento en 2017 siguió todo un escándalo, pues mostraba una dura realidad que dos de las exalumnas de Cesnik, Abbie Schaub y Gemma Hoskins, descubrieron al haberse obstinado en averiguar qué le había ocurrido a su maestra. En su camino, fueron encontrando muchas personas dispuestas a dar su testimonio de lo que sucedía en la escuela Seton Keough.
A lo largo de siete capítulos producidos en formato documental, The Keepers deja de ser la historia de Cathy Cesnik para convertirse en la radiografía de una red de pedófilos encabezados por el director de la escuela Keough, el sacerdote Joseph Maskell, y que involucraba a policías, políticos y empresarios que utilizaban al colegio no sólo como fuente de adolescentes y niñas para violar, sino incluso como escenario para cometer ese delito una y otra vez.
La serie fue calificada de todo: sesgada, falsa, difamatoria y hasta “peligrosa”, por colocar a la institución católica como un gran sistema de encubrimiento. Sin embargo, en septiembre de 2018, el arzobispo de Baltimore, William Lori, afirmó que la arquidiócesis estaba colaborando con la Fiscalía General de Maryland para esclarecer las acusaciones de abuso sexual para así superar la “crisis de confianza” que atravesaba la institución.