Racismo y homofobia
Bayard Rustin fue una de las figuras más influyentes y, al mismo tiempo, más invisibilizadas del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos durante los años sesenta. Afroamericano, pacifista y abiertamente homosexual, Rustin encarnaba una triple disidencia en una época marcada por el racismo, la represión política y la homofobia.
Aunque no siempre aparecía frente a las cámaras, fue una de las mentes estratégicas del movimiento liderado por Martin Luther King Jr. Su participación más decisiva ocurrió en 1963, cuando fue el principal organizador de la Marcha en Washington, una de las movilizaciones más importantes del movimiento, donde King pronunció el histórico discurso “I Have a Dream”. Rustin coordinó la logística para que más de 250 mil personas marcharan de manera pacífica en la capital.
Sin embargo, su homosexualidad fue utilizada constantemente como un arma para desacreditarlo. En 1953 había sido arrestado por mantener relaciones sexuales con otro hombre, ese antecedente fue retomado años después por políticos y sectores conservadores para intentar debilitar el movimiento afroamericano, bajo el argumento de que un líder homosexual era un “escándalo moral”.
La situación obligó a Rustin a mantener un bajo perfil. Aunque era cercano a Martin Luther King, varias veces fue alejado de los reflectores para evitar ataques públicos al movimiento.
La vida de Bayard Rustin muestra lo que significaba ser negro y gay en los años sesenta: una doble vulnerabilidad frente a la violencia policial, la discriminación legal y el rechazo social. Mientras luchaba contra el racismo, también tenía que enfrentarse al estigma que pesaba sobre la homosexualidad, considerada entonces un delito y una enfermedad mental.