Una oreja inusual
La microtia es una alteración muy visible en la oreja, por ello las personas tienden a esconderla con el cabello, sombreros o gorras y así evitar las burlas, miradas, preguntas no deseadas y demás implicaciones estéticas.
Se trata de una malformación que inicia en las primeras semanas de gestación. Dicha deformidad origina que la oreja no se desarrolle por completo, por lo que el lóbulo se asemeja a la forma de un cacahuate diminuto incluso, hasta una ausencia total de la oreja. En la mayoría de los casos afecta el lado derecho del cráneo (unilateral), sin embargo, puede presentarse en ambos lados (bilateral).
Aunque la estructura del oído interno es normal, sí podría producirse pérdida auditiva en algunos casos, debido a la ausencia del canal auditivo (atresia) o que el canal sea muy estrecho (estenosis). El problema de la microtia se clasifica en 4 grados: oreja ligeramente corta con conducto pequeño y estrecho (grado 1), oreja parcial (grado 2), canal auditivo ausente y un remanente de lóbulo (grado 3, que es el más común). Finalmente, el grado 4 es la ausencia completa de oreja.
Su causa es desconocida, pero se cree que podría relacionarse con la diabetes gestacional, consumo de drogas o alcohol, uso de algunos medicamentos durante el embarazo (isotretinoína), sexo masculino y herencia genética (en parejas con un hijo con microtia, el segundo presenta mayor riesgo).
La también denominada oreja pequeña es visible al nacer, aunque la ecografía prenatal detectaría la afección. Su tratamiento en principio son las prótesis auditivas y cuando el niño tiene entre 4 y 10 años, dependiendo de la gravedad, podría ser candidato a un injerto de cartílago o injerto MedPor (polietileno poroso sintético).