Plan para una salud universal — letraese letra ese

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Plan para una salud universal


Un sistema de salud equitativo, eficiente y moderno es el objetivo final del gobierno de Claudia Sheinbaum. La mandataria ha planteado una serie de ambiciosos objetivos que, de concretarse, acercarán a la población mexicana a servicios de salud optimizados, tanto de atención como de prevención, e incluso a medicamentos gratuitos para la mayoría de los padecimientos. Esto podría llevar a cubrir la demanda de servicios sanitarios que se había quedado corta en un 66 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022.

La mencionada encuesta reveló que el 24.6 por ciento de las personas consultadas reportó haber tenido una necesidad aguda de salud en los tres meses anteriores, y de éstas, solo el 44 por ciento recibió la atención requerida en los servicios públicos. Esta cifra, dicen los investigadores, subraya la necesidad de mejorar el modelo de atención en el sistema de salud.

Con base en este panorama, el gobierno federal se ha propuesto transformar el sistema de salud del país para hacerlo más accesible y eficiente. El plan se centra en garantizar que todas las personas, sin importar su lugar de residencia, nivel socioeconómico o condición laboral, tengan acceso a servicios médicos de calidad. Entre sus pilares principales están el fortalecimiento de la atención primaria, la mejora en el abasto de medicamentos y la universalización de los servicios de salud, priorizando a las comunidades más vulnerables.

Los esfuerzos también se enfocarán en la construcción de un sistema público de salud integral y preventivo, que ponga especial atención en la promoción del bienestar y la prevención de enfermedades. Además, se propone una estrategia robusta para enfrentar enfermedades crónicas, que actualmente representan una de las principales causas de mortalidad en el país, y programas especializados para la salud mental y el cuidado de las personas adultas mayores.

Salud, un derecho efectivo

El principal cambio que propone el plan de la presidenta es la universalización real de los servicios de salud. Esto implica garantizar acceso gratuito y de calidad a todas las personas, sin restricciones por su condición laboral o socioeconómica. A diferencia del sistema actual, que depende en gran medida de instituciones fragmentadas como el IMSS, el ISSSTE, y los servicios estatales de salud, la nueva estrategia busca integrar todos los servicios en un sistema único y coordinado, reduciendo duplicidades, burocracia y desigualdades en la atención.

Para lograr lo anterior, el IMSS continuará con la atención a la población que goza de seguridad social; el IMSS-Bienestar atenderá a quienes no cuentan con seguridad, mientras que la empresa Birmex (de propiedad mayoritariamente estatal) se encargará de las compras consolidadas, el almacenamiento y la distribución de medicamentos e insumos de salud.

El nuevo enfoque tomará como base una perspectiva preventiva y comunitaria. Mientras que el sistema actual se centra en gran medida en tratar enfermedades, el plan propuesto prioriza la prevención, la promoción de hábitos saludables y la detección temprana de padecimientos, especialmente enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión. Estas dos últimas enfermedades representan una gran carga para la salud de la población mexicana, ya que la diabetes afecta al 18.3 por ciento, mientras que la hipertensión alcanza al 29.9 por ciento, de acuerdo con datos de la Ensanut 2022 y la Ensanut 2020-2023, respectivamente.

Por otro lado, el plan de salud busca fortalecer la atención primaria, asegurando la presencia de médicos, médicas y personal de enfermería, así como el abasto de medicamentos en todos los niveles de atención, incluyendo las comunidades más remotas. Hoy en día, ambas carencias (de personal y de medicamentos) siguen siendo desafíos importantes en el sistema de salud. Con estas estrategias, el nuevo plan busca cerrar brechas de desigualdad, mejorar la eficiencia y garantizar el derecho a la salud como un eje central del bienestar social.

 

Los cambios planeados para el sistema de salud del país parten de ejes como el acceso universal a la atención, la medicina preventiva, las herramientas digitales y la gratuidad de la atención médica, con el fin de poner en marcha un sistema sanitario eficaz y equitativo.

 

Salud en los hogares

Una de las acciones que se planea ejecutar es el programa “Salud casa por casa”, que emula la estrategia “Médico en casa” que se ya se desarrollaba en la Ciudad de México. Su objetivo es beneficiar principalmente a personas que tienen dificultades para trasladarse hasta los centros de salud, como las personas adultas mayores y las personas con alguna discapacidad.

En este programa, personal médico realizará visitas periódicas a los hogares de las personas registradas, donde dará consultas y llevará un seguimiento de su estado de salud. Podrán registrarse personas de 65 años de edad en adelante y personas con discapacidad. Es importante decir que el programa atenderá a las personas independientemente de si son o no derechohabientes del IMSS, ISSSTE o algún otro sistema de seguridad social.

Se prevé que a partir de febrero de 2025, alrededor de 21 mil 500 médicas, médicos, enfermeros, enfermeras y profesionales de la salud comiencen a efectuar las visitas. Este personal será responsable de llevar un historial clínico de cada persona y de entregar una cartilla en la que se registrarán tratamientos y se tomará nota de las propias visitas. Los profesionales sanitarios brindarán atención primaria, podrán hacer curaciones e incluso realizar algunos estudios, además de prescribir medicamentos que ya hayan sido recetados previamente a las personas.

De acuerdo con el portal web de los Programas para el bienestar del Gobierno Mexicano, esta iniciativa tiene también un enfoque preventivo, es decir, se busca que el personal de salud se anticipe al descontrol de alguna enfermedad, “episodio que muchas veces termina en una sala de urgencias cuando pudo ser evitado si se atendía a tiempo”.

Plataformas digitales

Para alcanzar el acceso universal a los servicios de salud, una parte fundamental es la construcción de un sólido sistema de servicios digitales. Como lo hizo mientras gobernaba la Ciudad de México, la presidenta Sheinbaum ha integrado las herramientas de Internet al plan de optimización de los servicios.

Desde el registro a los programas hasta el reporte de desabasto de medicamentos, pasando por el expediente clínico electrónico, la población tendrá un acceso fácil a los servicios a través de Internet, la mayoría de las veces desde su teléfono celular, con aplicaciones integradas. El uso de las plataformas tecnológicas busca resolver problemas estructurales del sistema actual, como la fragmentación administrativa, la falta de seguimiento de los tratamientos y la falta de medicamentos.

De esta forma, el historial médico electrónico materializaría, por fin, el proyecto de tener los datos de las personas usuarias de servicios en un sistema centralizado, accesible desde cualquier institución de salud pública. Esto haría que, independientemente de dónde se atienda una persona (IMSS, ISSSTE o IMSS-Bienestar), su información esté disponible para los profesionales de salud.

La siguiente herramienta es el sitio web Receta completa, que ya funciona actualmente, donde se pueden reportar los casos concretos de desabasto de medicamentos. Adicionalmente, se pretende llegar a tener un seguimiento en tiempo real del inventario de medicamentos en las clínicas y hospitales, lo que permitiría identificar rápidamente los puntos de desabasto y agilizar la reposición, evitando retrasos en los tratamientos.

 

En el marco de las reformas, podría por fin materializarse la compra consolidada de medicamentos e insumos de salud, otorgando ahorros significativos y terminando con el desabasto que tanto ha afectado al sistema desde hace varias décadas.

 

Inversión en medicamentos

La estrategia de compras consolidadas es un pendiente que dejó el sexenio pasado, pero no es un tema nuevo. Desde hace varios años, diversos actores sociales han planteado esta solución para evitar los sobreprecios y la distribución inequitativa de los fármacos.

Así, según lo anunció en noviembre pasado, el gobierno federal destinará 130 mil millones de pesos a la compra de medicamentos e insumos de salud para el periodo 2025-2026, dedicados esencialmente a la atención primaria, la prevención y la curación de enfermedades. El denominado “Nuevo modelo de contratación consolidada de medicamentos e Insumos médicos” parte de una licitación pública y se prevé que la entrega de medicamentos a las instituciones de salud comience el 1 de marzo de este año.

Con este nuevo mecanismo bianual de compra, el gobierno tiene planeada la compra consolidada de más de 4 mil 454 claves de medicamentos e insumos médicos, así como de 4 mil 934 millones de piezas. “La compra bianual tiene como objetivo garantizar el abasto desde marzo de 2025. Al planificar con anticipación, damos a los proveedores tiempo suficiente para asegurar los insumos necesarios”, dijo el subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Eduardo Clark García Dobarganes, durante una conferencia de prensa efectuada para presentar la estrategia.

El proceso incluye varias etapas. En la primera fase, las instituciones de salud (IMSS, ISSSTE, IMSS-Bienestar y los Institutos Nacionales de Salud) determinarán cuántos medicamentos e insumos necesitan y en qué momento los requerirán. La segunda fase incluye la evaluación de las solicitudes de cada institución, según la importancia terapéutica, la calidad y cantidad de los productos y la posibilidad de negociar los precios. En una tercera fase, Birmex realizará la compra consolidada y las instituciones de salud firmarán los contratos y recibirán los insumos adquiridos.

Una meta, diversos factores

La viabilidad del nuevo plan de salud depende de varios factores clave, que incluyen el presupuesto asignado, la coordinación interinstitucional y la capacidad de implementación en un sistema históricamente fragmentado y desigual. Se plantea objetivos ambiciosos como la universalización de los servicios de salud y el fortalecimiento de la atención primaria, pero solo tendrá éxito si logra sobreponerse a los desafíos estructurales que han afectado al sistema por décadas, tales como el desabasto de medicamentos, la insuficiencia de personal médico y las brechas en infraestructura, que afectan de manera particular a comunidades rurales y económicamente marginadas.

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