Bajo ciertas condiciones, Monserrat experimentaba incremento de su ritmo cardiaco y sensación de falta de aire, esto propiciado por crisis de ansiedad que no podía controlar con facilidad. Después de 10 meses de vivir con niveles elevados de estrés, comenzó a sentir dolor en sus extremidades que, con el paso de los días, le impidió levantarse de la cama por no tener suficiente fuerza. Ella había desarrollado fibromialgia, una afección que trastoca gravemente la calidad de vida.

La fibromialgia es una enfermedad crónica que causa dolor muscular en todo el cuerpo y genera fatiga de larga duración. Impide realizar actividades cotidianas debido a que las personas que la desarrollan pueden tener dolor desde la coronilla hasta la punta de los pies.

Causas y síntomas

Esta condición se caracteriza por afectación al tejido fibromuscular, particularmente en el occipucio, cuello, hombros, tórax, zona lumbar y muslos, que es causada por un fallo en la manera en la que el sistema nervioso central procesa las señales de dolor procedentes de los nervios.

Se sospecha que las personas que desarrollan fibromialgia mantienen una estimulación nerviosa repetida que provoca cambios en el cerebro y en la médula espinal, debido a que aumenta de forma anormal los niveles de ciertas sustancias químicas que emiten señales de dolor.

De acuerdo con Sandra Miriam Carrillo Vázquez, especialista en reumatología, las personas que han desarrollado fibromialgia presentan dolor con rigidez en todo el cuerpo, que puede acompañarse de ardor o punzadas persistentes. Esto genera trastornos del sueño como dificultad para dormir, despertares nocturnos o sueño no reparador, por ello, se mantiene un cansancio prolongado.

La sintomatología puede desencadenar problemas con el pensamiento, la memoria y la concentración (fibroniebla o fibroneblina), además se puede sumar sensibilidad a la luz, al ruido, a los olores y a la temperatura.

Al ser una condición que afecta la sensibilidad, también se puede presentar dolor de cabeza o migraña y dolor en la mandíbula. Toda la sintomatología genera ansiedad y depresión a corto plazo.

La presencia de síntomas también se ha observado después de traumatismo físico, cirugías, infecciones y, en algunas ocasiones, los síntomas se acumulan progresivamente, sin que exista un evento desencadenante.

Diagnóstico y tratamiento

Si bien se desconoce una causa exacta de la fibromialgia, se sospecha que los factores genéticos pueden contribuir a desarrollarla. Además, se ha observado que las personas con menos tolerancia al dolor, que además tienen alguna otra condición de salud como artritis reumatoide, lupus, osteoartritis, enfermedad tiroidea o trastornos de depresión y ansiedad, pueden estar en mayor riesgo.

El diagnóstico puede ser complejo debido a que no existen pruebas específicas y la sintomatología, como dolor y fatiga, es común en otras afecciones. Por ello las y los especialistas deben hacer un correcto historial clínico para evaluar los factores de riesgo, además de solicitar radiografías y análisis de sangre que descarten otras condiciones de salud.

De acuerdo con Carrillo, la fibromialgia no tiene cura y a pesar de que no deja secuelas, deteriora considerablemente la calidad de vida si no se controla integralmente. Es por ello que después del diagnóstico se deben mantener bajo control las enfermedades alternas y después proporcionar analgésicos potentes que permitan modificar las vías de dolor, para generar una relajación de los músculos y propiciar nuevamente el movimiento. La disminución del dolor permite realizar actividades cotidianas y a la vez mejora la calidad de sueño.

Cambio de vida

Como medidas complementarias, dicen las especialistas, es necesario que quienes desarrollen esta afección realicen cambios en su estilo de vida. Éstos deben incluir desde mejorar su alimentación y realizar ejercicio físico hasta tomar terapia psicológica para abordar la ansiedad y el estrés, ya sea que estuvieran ahí previo a la enfermedad o que se hayan derivado de ésta.

Monserrat accedió a tratamiento farmacológico que le permitió recuperar la movilidad de sus músculos, los analgésicos han disminuido su dolor y mejorado su calidad de sueño. Dentro de los cambios a su estilo de vida consideró la psicoterapia, debido a que su estado anímico fue un detonante importante para desarrollar su condición, por esta razón ha retomado actividades que le producen placer y disminuyen su estrés, y a pesar de que sabe que su condición no tiene cura, ha decidido tomar control de ella para seguir laborando y disfrutar de sus días.