Insuficiencia venosa crónica — letraese letra ese

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Insuficiencia venosa crónica


En los últimos siete años, Montserrat había trabajado en lugares que le requerían estar sentada por periodos prolongados, esto significó que los momentos que tenía libres para caminar, sentía enorme cansancio en las piernas y tenía que buscar lugares para reposar porque sentía ligero ardor que se acompañaba de inflamación en sus pantorrillas. Ella había desarrollado un nivel medio de Insuficiencia Venosa Crónica (IVC).

El sistema venoso profundo contiene 90 por ciento de la sangre venosa que, por medio de sus válvulas asciende al corazón, esto se logra gracias a la contracción de los músculos de las piernas que actúan como una bomba, exprimiendo las venas y potenciando el flujo de sangre.

La IVC se caracteriza por una limitación de las venas de los músculos de las pantorrillas para impulsar la sangre que circula por el cuerpo, esto genera una acumulación de flujo en las válvulas de las venas que propicia su debilitamiento y genera lesiones en las piernas.

Síntomas

Algunos de los síntomas que se presentan desde los primeros estadios son dolor, pesadez, ardor, cansancio de las extremidades y complicaciones para caminar distancias largas.

Liza Ochoa Armendáriz, angióloga del Hospital General Tacuba del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, explicó que, en un nivel leve, la insuficiencia venosa puede manifestarse con inflamación en las venas de las piernas (pequeñas “arañitas”); sin embargo, cuando se desarrolla un nivel medio, se genera un cambio degenerativo en las piernas como coloración rojiza en la piel, inflamación de las piernas y sensación de calor en las pantorrillas. En un nivel avanzado se producen úlceras causadas por el endurecimiento de los tejidos y la consistencia de la grasa, lo que provoca gran dolor que puede llegar a ser discapacitante.

La especialista en cirugía endovascular puntualizó que esta condición no debe subestimarse, pues más allá de una incomodidad generalizada, puede evolucionar y generar úlceras en las piernas, o propiciar la aparición de coágulos (trombos) que pueden migrar al pulmón y limitar la respiración.

Factores de riesgo

Si bien existen factores genéticos que predisponen a IVC, la mayoría de las personas que la desarrollan presentan sedentarismo y hábitos alimenticios que propician el sobrepeso. Es importante considerar que, a pesar de tener pocos síntomas, se puede haber desarrollado un estadio grave.

Esta condición es más común en mujeres, y en estado de gestación se puede potenciar, además de que estar de pie por periodos largos o mantenerse sentada/o por mucho tiempo impiden una correcta circulación sanguínea.

Una revisión clínica puede identificar algunos de los síntomas de IVC, como endurecimiento de la piel o venas visibles, sin embargo, un estudio de ultrasonido Doppler permite diagnosticar con eficacia el nivel de insuficiencia venosa a través de un mapeo.

Opciones de Tratamiento

Los casos leves requieren de la utilización de medias de compresión, ya que al tener presión moderada en los muslos mejoran el flujo sanguíneo de las piernas, esto ayuda a prevenir la hinchazón y la formación de coágulos, de ahí la importancia de usarlas si se tiene un factor de riesgo. En algunos casos se requiere tratamiento farmacológico indicado para combatir complicaciones y evitar la formación de coágulos en las venas.

Cuando se ha desarrollado un estadio más avanzado se requiere un tratamiento quirúrgico que permite incrementar la calidad de vida de las personas con esta condición, y en caso de trombosis venosa crónica, se pueden retirar los coágulos para reconstruir el sistema de circulación y mejorar el drenaje venoso de las piernas.

Un especialista en angiología puede evaluar la utilización de láser para disminuir la visibilidad de las venas, sin embargo, otros requerirán inyecciones intravenosas controladas para disminuir las lesiones.

En todos los casos se requiere un cambio en los hábitos que generen la insuficiencia venosa. La actividad física mejora la circulación sanguínea en general, por tanto, caminar, andar en bicicleta o nadar permiten mayor flujo de sangre en los músculos gemelos. Esta condición de salud requiere un tratamiento integral, pues más allá del malestar físico, los síntomas limitan las actividades diarias y la calidad de vida se ve afectada en l opersonal y laboral.

Hoy, Montserrat realiza largas caminatas usando sus medias de compresión, y además procura realizar pequeñas caminatas a lo largo del día para mejorar la circulación en sus piernas, pues sabe que no es suficiente cuidar su alimentación y que debe romper con el sedentarismo para mantener saludables sus venas.

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