Miomas e infertilidad — letraese letra ese

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Miomas e infertilidad


Al cumplir 34 años de edad, Cynthia comenzó con los intentos para embarazarse, y a pesar de que sus periodos menstruales eran regulares y su pareja no tenía problemas de fertilidad, no lo consiguió durante un año. Ante ello, recordó que desde los 27 años le habían diagnosticado la presencia de miomas en el útero, los cuales no le generaban ningún malestar. Después de una cita ginecológica, descubrió que éstos habían crecido 12 centímetros, por lo que podía ser la causa que limitaba su capacidad reproductiva.

Los miomas uterinos (MU) son tumores no cancerosos que pueden ser microscópicos o alcanzar el tamaño de un pequeño balón. Pueden formarse dentro de la pared uterina (intramurales), en el endometrio (submucosos) o en el exterior del útero (subseroso). Algunos miomas crecen unidos por un tallo y en algunos casos pueden distorsionar la cavidad uterina.

El desarrollo de miomas en el útero es más común de lo que se piensa, ya que se estima que una de cada cinco mujeres puede desarrollarlos durante sus años de fertilidad y hasta el 75 por ciento de las mujeres los han desarrollado a los 45 años.

Síntomas

Los síntomas dependen del número de miomas presentes en el útero, así como de su tamaño y localización. Cuando éstos se asientan bajo el endometrio, frecuentemente se acompañan de una pérdida menstrual más abundante o duradera que lo habitual y como consecuencia de la pérdida de sangre se puede propiciar anemia. Con menos frecuencia, los miomas pueden causar hemorragias entre periodos menstruales, después de mantener relaciones sexuales o después de la menopausia.

Cuando los miomas son pequeños pueden no causar síntomas, pero si crecen en la pared uterina, pueden causar dolor, presión o sensación de pesadez en la región pélvica. Si presionan la vejiga, provocan una micción frecuente o más urgente, también pueden presionar el recto y causar molestias o estreñimiento. Los miomas más grandes pueden provocar un aumento del tamaño abdominal.

Generalmente, los miomas que aumentan su tamaño causan degeneración en la región uterina, que desencadena molestias, aunque si el mioma crece como tallo desde el interior del útero, puede torcerse y causar dolor intenso.

Actualmente, se desconocen las causas del crecimiento de los miomas en el útero; sin embargo, los niveles elevados de estrógenos y progesterona parecen estimular su presencia y su desarrollo.

Complicaciones

Los miomas que no producen síntomas antes del embarazo pueden causar complicaciones durante este periodo y propiciar abortos, trabajo de parto prematuro, posición anormal del feto antes del parto y hemorragia posparto. En raras ocasiones los miomas causan esterilidad por obstrucción de las trompas uterinas al distorsionar la forma del útero, haciendo que la fijación del óvulo fecundado al endometrio (implantación) sea difícil o imposible.

Tratamiento

Si se ha diagnosticado presencia de miomas, se deben monitorear cada seis o 12 meses para identificar crecimiento ya que si hay aumento de tamaño pueden generar afecciones futuras.

Si bien existen fármacos que ayudan a disminuir el tamaño de los miomas, sus efectos son temporales, por lo que solo se indican cuando hay hemorragia. Si existe dolor constante o se tiene dificultad para embarazarse, se recomienda extirpar el o los miomas y preservar el útero. Esta cirugía puede realizarse por medio de una laparoscopía pélvica, que es menos invasiva y permite una recuperación más rápida.

Aunque se eliminen los miomas, éstos podrían crecer nuevamente, por lo que más adelante puede requerirse de una histerectomía, es decir, la extracción completa del útero, ya que esta es la única forma de evitar nuevas formaciones de miomas.

Existen otros procedimientos para destruir los miomas, como con la aplicación de calor dentro del mioma para destruir su núcleo, o la criomiólisis, un procedimiento similar en el que se usa una sonda fría para destruir el mioma aunque se desconoce si después de estos procedimientos se han conseguido embarazos exitosos.

Al someterse a una cirugía para retirar sus miomas, Cynthia consiguió mayor tranquilidad, pues después de su recuperación, podrá intentar nuevamente embarazarse sin el riesgo de abortar que hubiese tenido por la presencia de sus tumores, y aunque sabe que estos pueden volver a crecer, tendrá tiempo suficiente para planear su embarazo y llevarlo a término con mayor seguridad.

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