Enseñanzas sexuales milenarias
En la antigua China, el deseo era considerado una necesidad física innata, igual que el hambre o la sed. Desde la filosofía, se abogaba por reglas y rituales sociales para canalizar los deseos físicos de manera que maximizara el placer y minimizara la ansiedad. A diferencia de reprimirlo, se fomentaba aprender a utilizar el deseo en beneficio propio, dando origen a la instrucción sobre relaciones sexuales saludables.
Los manuscritos más antiguos datan del año 168 a. C. y se centran en “El arte de nutrir la vida o técnicas de longevidad”. Estos manuales sexuales buscaban promover la práctica sexual como medio para mantener la salud, la longevidad y cultivar la vida espiritual, basándose en la analogía del Yin y Yang en el cuerpo.
Según lo explica el artículo “La sexualidad: desde el taoísmo a la medicina china”, escritor por María Paula Córdoba Toro y colegas, la buena salud estaba muy relacionada con el sexo, y un comportamiento sexual inapropiado se consideraba causa de diversas enfermedades. Los textos médicos proporcionaban instrucciones explícitas para el coito cuando el objetivo era la concepción, destacando la importancia del ciclo menstrual de las mujeres.
Así, desde el siglo III a. C. y hasta su prohibición por el régimen comunista del siglo XX d. C., era costumbre regalar a las parejas recién casadas los llamados "Libros de almohadas", que contenían múltiples temas, desde la compatibilidad sexual según la astrología hasta consejos y técnicas para garantizar la satisfacción mutua y el equilibrio entre el Yin y Yang, logrando así el equilibrio de la energía.