La culpa no es del cerdo
“La carne de cerdo es la principal responsable de la cisticercosis”, un mito ya derribado, pues en realidad el parásito tenia entra al organismo al comer carne de cerdo mal cocida, mientras que el proceso de contraer cisticercosis se da gracias a los malos hábitos higiénicos de las personas.
En el inicio, la persona infectada con la tenia, conocida popularmente como solitaria, libera los huevecillos del parásito al defecar al aire libre, contaminando el agua, pasto, verduras y frutas. En el caso de los cerdos, se infectan tras ingerir los alimentos contaminados con heces humanas formando quistes con larvas, también llamados cisticercos, en los músculos del animal durante años.
La infección de una persona ocurre al comer esta carne de cerdo cruda o mal cocida que contenga cisticercos. Incluso las personas que no se lavan las manos correctamente y que manipulan los alimentos pueden infectar. Finalmente, una vez dentro del cuerpo humano, se adhiere al tubo intestinal logrando entrar al torrente sanguíneo, provocando quistes en músculos, hígado, pulmones, ojos, médula espinal y cerebro.
Del lugar donde se aloje el cisticerco dependen los síntomas, pues las convulsiones y dolores de cabeza suelen presentarse en cerebro, mientras que múltiples nódulos subcutáneos pueden palparse en los músculos, pero puede permanecer asintomático por años.
Para su diagnóstico se recomienda un análisis de muestra de heces en busca de teniasis y una resonancia o tomografía que comprueben la presencia de cisticercos. Los medicamentos antiparasitarios y antiinflamatorios generalmente ayudarán con el problema parasitario y en algunos casos la cirugía evitará incluso la muerte.