Blanca necesitaba una cirugía de rodilla que le permitiera hacer sus actividades cotidianas sin dolor. Su intervención quirúrgica resultó exitosa y solo requería un monitoreo médico para evaluar su recuperación. Durante los días siguientes, mientras se recuperaba en uno de los pabellones hospitalarios, se expuso a bacterias, virus y hongos que se encontraban en las instalaciones, lo que la llevó a desarrollar neumonía, una infección intrahospitalaria ajena a su ingreso inicial.

Las Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (IAAS) se desarrollan por un fallo en los procesos de atención de pacientes, es decir, son provocadas por malos procedimientos de higiene y esterilización de espacios y equipos médicos, potencializando riesgos a la salud sobre todo de aquellas personas con un sistema inmune comprometido.

Las IAAS, antes llamadas infecciones nosocomiales, son totalmente prevenibles debido a que no basta con estar dentro de un hospital para tener el riesgo de infección, sino que se requiere de intervenciones médicas que propician el desarrollo de patógenos, es decir, se producen por fallas dentro de los propios procesos intrahospitalarios. Una infección de este tipo se adquiere mientras una persona recibe un tratamiento médico o quirúrgico y es resultado de una reacción adversa a la presencia de agentes infecciosos, mayormente vinculados a una inadecuada atención hospitalaria o la falta de ciertas condiciones.

Causas

En la actualidad, se han identificado cuatro mecanismos que potencian las infecciones durante una atención en salud. El primero de ellos se relaciona con procedimientos quirúrgicos en donde hay una mala práctica de esterilización (eliminar microorganismos como esporas y bacterias), asepsia (centrada en la limpieza preventiva) o antisepsia (desinfección del lugar).

La segunda tiene relación con el uso de dispositivos como sondas, tubos y catéteres, los cuales, requieren de un mecanismo de asepsia previo a su utilización, siendo aquí cuando el mal control de paquetes con materiales médicos puede propiciar una infección.

La tercera infección se asocia al uso y abuso de antibióticos, ya que su suministro indiscriminado genera resistencia de las bacterias de modo que una infección que podía tratarse con facilidad se convierte en inmune a los tratamientos existentes. Por último, las infecciones por aerosol, generadas por respirar aire viciado, es decir, la inhalación de partículas patógenas dispersadas en el ambiente que vulneran a la salud.

Complicaciones y prevención

De acuerdo con la Red de Hospitales de Vigilancia Epidemiológica, durante el 2015, el 4.7 por ciento de los egresos hospitalarios reportaron infecciones intrahospitalarias, lo que equivale a 160 mil personas al año, de las cuales, el 5.8 por ciento fallecieron por complicaciones relacionadas a éstas; a tales registros se agrega el de trabajadores de la salud que carecen de protocolos de protección, derivados de bajos presupuestos.

De acuerdo con Fabiola Casas Ramírez, presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales en Esterilización, este proceso y el de desinfección de los artículos hospitalarios es indispensable en los servicios de atención hospitalaria. Para ello, las Centrales de Equipo y Esterilización deben proporcionar un suministro eficiente, económico, continuo y de calidad de artículos en todas las áreas de servicio de atención al dentro de los hospitales.

Control de infecciones

Todas las personas involucradas en la atención hospitalaria, desde el personal médico hasta el de seguridad y el administrativo, pasando por trabajo social y enfermería, entre otros, requieren de protocolos que garanticen la seguridad de quienes ingresan a los hospitales; sin embargo, el estado de las instalaciones también es determinante en la prevención de infecciones intrahospitalarias.

El Sistema de Prevención y Control de Infecciones es quien se encarga de vigilar al menos 18 procesos entre los que se destacan la limpieza y esterilización, el manejo de ropa hospitalaria, los controles mecánicos de ingeniería, la inocuidad de la alimentación hospitalaria, el control del agua, el manejo de los antimicrobianos y las medidas de prevención en tiempos de remodelación, los desechos que se reutilizan, la esterilización de insumos e instrumental, el aseo y la desinfección, así como el plan de hemodiálisis.

Ante la gravedad de la situación, la Organización Mundial de la Salud lanzó el programa “Bacteriemia Zero”, que tiene como objetivo evitar las IAAS, pues a pesar de que las normas de bioseguridad se han implementado desde hace 15 años, aún no se alcanza la seguridad de las y los pacientes.