Está lejos la equidad de género, advierte ONU Mujeres
Notiese. Si se mantienen las tendencias actuales en materia de inversión pública y de elaboración de programas de desarrollo, más de 340 millones de mujeres y niñas vivirán en la pobreza extrema en 2030, y cerca de una de cada cuatro experimentará inseguridad alimentaria moderada o grave, según datos del informe “El progreso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Panorama de género 2023”, elaborado por ONU Mujeres.
De acuerdo con el documento, la brecha de género en los puestos de poder y liderazgo sigue estando muy arraigada y, al ritmo actual de progreso, la próxima generación de mujeres seguirá dedicando una media de 2.3 horas diarias más que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
La publicación anual ofrece un análisis exhaustivo de la situación actual de la igualdad de género en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y destaca las tendencias predominantes, las lagunas y los retrocesos recientes en el camino hacia la consecución de la igualdad de género de aquí a 2030.
Vulnerabilidad económica
Algunos de los datos obtenidos muestran que en 28 de los 116 países miembros de la ONU menos de la mitad de las mujeres de edad avanzada reciben una pensión; y sólo en 12 países, esta proporción es inferior al 10 por ciento.
En la cuestión económica también se observó que la brecha laboral y salarial sigue siendo persistentemente elevada. Por cada dólar que ganan los hombres a nivel mundial en concepto de ingreso por trabajo, las mujeres ganan tan solo 51 centavos. Solamente 61.4 por ciento de las mujeres en edad de trabajar forman parte de la fuerza de trabajo, frente al 90 por ciento de los hombres en edad de trabajar.
Salud insuficiente
La salud es uno de los principales indicadores de desarrollo. En el caso del VIH, se ha registrado que el estigma y la discriminación asociados a la infección son más severos en el caso de las mujeres que en el de los hombres. Los registros indican que 21 por ciento de los hombres con VIH ha vivido alguna situación de exclusión, mientras para las mujeres la cifra llega a 26 por ciento.
A la vez, se ha documentado que a una de cada cuatro mujeres que viven con VIH se le ha condicionado el acceso a tratamientos antirretrovirales ya que, si no acceden a un control de natalidad, no se les brindan las terapias correspondientes.
Entre los años 2000 y 2020, la mortalidad materna se redujo en un 30 por ciento a escala global, pasando de 339 a 223 muertes por cada 100 mil nacimientos vivos, pero desde 2015, la cifra no se ha modificado, por lo que hay un estancamiento. También se han incrementado las complicaciones obstétricas, las infecciones nosocomiales durante la atención ginecobstétrica y la presencia de enfermedades no transmisibles.
Si bien la educación representa una de las posibilidades para poder cerrar la brecha económica de género, las estadísticas indican que a escala mundial, al ritmo actual de progreso, se calcula que 110 millones de niñas y mujeres jóvenes estarán sin escolarizar en 2030.
En el ámbito ecológico, se observó que el cambio climático puede empujar a la pobreza a 158.3 millones adicionales de mujeres y niñas (16 millones más que el número total de hombres y niños que se verían en la misma situación). En el peor de los escenarios climáticos, se prevé que la inseguridad alimentaria afecte a 236 millones más de mujeres y niñas (frente a 131 millones más de hombres y niños).
El fantasma de la violencia
La erradicación de la violencia motivada por el género ha representado uno de los más grandes retos en materia de políticas públicas para las naciones. Sin embargo, hasta el momento, ningún país tiene al alcance de la mano la erradicación de la violencia de pareja, y solo 27 de ellos cuentan con sistemas integrales de seguimiento y asignación presupuestaria para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Los ambientes de conflicto propician aún más las situaciones de posible violencia sexual hasta tres veces más que en un entorno pacífico, incluida la agresión que puede perpetrarse por la propia pareja sentimental.
También se observó que el número de mujeres y niñas en contextos de conflicto ha aumentado de forma considerable, con consecuencias catastróficas. En 2022, el número de mujeres y niñas que vivían en estos contextos alcanzó los 614 millones, un 50 por ciento más que en 2017. Estas cifras no contabilizaron a las niñas y las mujeres del conflicto árabe-israelí.
Por otro lado, se necesita una inversión adicional de 360 mil millones de dólares al año para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en todos los objetivos mundiales clave.
El informe, que llega a la conclusión de que el hecho de no priorizar de forma inmediata la igualdad de género podría poner en peligro toda la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incluye asimismo llamamientos en favor de un enfoque integrado y holístico, una mayor colaboración entre las partes interesadas, una financiación sostenida y la adopción de medidas de política destinadas a abordar las disparidades de género y a empoderar a las mujeres y las niñas en todo el mundo.