El papiloma y los hombres
El Virus del Papiloma Humano (VPH) fue descrito por Hipócrates como una enfermedad de las carnosidades del pene. Con el paso de los años, la presencia de este se vinculó con las mujeres debido a las complicaciones que desencadenaba al ser un posible detonador de cáncer cervicouterino; esto disminuyó la investigación de este en varones, y por tanto, la prevención en el sector masculino se subestimó considerablemente, a pesar de que afecta en igual medida a este sector de la población
De acuerdo con Jesús Alejandro Rueda, especialista en urología, el VPH se divide en dos clasificaciones, la primera agrupa a los tipos que tienen mayor posibilidad para desarrollar cáncer, en este rubro están el tipo 16 y 18, considerados de alto riesgo, mientras que el tipo 6 y 11 son calificados de bajo riesgo. El segundo grupo corresponde a los tipos 31, 33, 45, 54 y 81, entre otros, los cuales causan entre el 20 y 30 por ciento de las infecciones por VPH.
Síntomas
Las lesiones por VPH pueden hacerse visibles en cualquier parte del cuerpo. Cuando éstas aparecen se manifiestan como condilomas en manos, pies, abdomen, ombligo, genitales e incluso dentro de los ojos. Estas lesiones pueden aumentar de tamaño y causar molestias.
En los varones, las manifestaciones clínicas pueden no ser evidentes; sin embargo, en otros se manifiesta lesiones en la base del pene, estas pueden ser verrugas clásicas por debajo del glande, en el frenillo del pene o en el meato urinario.
De acuerdo con Alejandro Rueda, de la Confederación Latinoamericana de Urología, no todas las lesiones por VPH son verrugas, algunas se manifiestan como lunares anormales mientras que otras con un engrosamiento de la piel. Otros síntomas pueden ser enrojecimiento acompañado de comezón que pueden confundirse con hongos o irritación, de ahí la importancia de que solo un especialista en urología realice el diagnóstico.
Si bien el tipo 6 y 11 pueden producir verrugas o lesiones cutáneas, el 16 y 18 tienen mayor posibilidad de generar lesiones en el cuello de la matriz, por tanto, la presencia o no de verrugas, no indica la probabilidad del riesgo.
La presencia de infecciones simultáneas por VPH es posible debido a que desde que se tiene contacto con el virus, el periodo de incubación puede ser de semanas, meses o incluso años para que se presente una primera lesión. En algunos casos el sistema inmune ataca al virus y logra eliminarlo, sin embargo, en otros casos se llegan a desarrollar lesiones que incrementan su tamaño.
Diagnóstico
En las mujeres, el papanicolau es una forma de identificar la presencia de VPH, en los hombres se requieren pruebas de citología, las cuales, por medio de la recolección de células de un sitio específico, se puede analizar la presencia de virus. El cepillado uretral permite tomar muestra del meato urinario para identificar si hay presencia del virus; sin embargo, si el paciente aloja al VPH en un sitio diferente de donde se recolecta la muestra, hay posibilidad de que el resultado sea negativo a pesar de haberlo adquirido, de ahí la importancia de hacer la prueba solo en el sitio en donde se presenta la lesión.
Las pruebas de PCR son las que permiten detectar partículas genéticas de virus así como identificar el tipo del que se trata. Algunas de ellas son estandarizadas y solo detectan los virus de alto riesgo por tanto no son confiables para identificar todas las variantes, por ello, solo un especialista en urología es quien debe tomar la muestra después de una evaluación clínica para una correcta detección.
Debido a que las lesiones pueden ser pequeñas, se requiere una penoscopía que consiste en una observación directa con lentes especiales en la zona genital, si se detecta alguna lesión se requiere una toma de muestra del área para evaluar con estudios especializados.
Vacunas para prevenir
Las vacunas son indispensables para prevenir la infección por VPH. De acuerdo con Gabriela Palacios, maestra en Ciencias Médicas, en México está disponible la vacuna tetravalente que protege de los virus más frecuentes (6, 11,16 y 18) las cuales no están producidas por virus vivos.
La indicación de vacunación en mujeres es de los 9 a los 45 años de edad, mientras que en hombres está indicada de los 9 a los 26 años. Mientras más personas estén vacunadas se genera inmunidad de rebaño por tanto se reducen los casos de nuevas infecciones.
En la actualidad existen 660 millones de personas en todo el mundo con VPH, esto la coloca en la infección de transmisión sexual más común, además cada minuto se diagnostica a una persona con un cáncer relacionado a este virus tales como el cervical, vulvar, vaginal o anal