El cerebro y sus circuitos — letraese letra ese

Director fundador | CARLOS PAYAN Director general | CARMEN LIRA SAADE • Director Alejandro Brito Lemus

SALUD SEXUALIDAD SOCIEDAD

ARCHIVO HISTÓRICO

Número

Usted está aquí: Inicio / 2022 / 02 / 02 / El cerebro y sus circuitos
× Portada Guardada!

El cerebro y sus circuitos


David Mzee, era un joven suizo como cualquier otro, hasta que en 2010 tuvo un accidente al intentar saltar desde un trampolín y se rompió el cuello. A partir de ese momento le fue imposible mover nada que no fuera su rostro. En 2018, Mzee y otros dos hombres fueron intervenidos en el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Lausana (EPFL) para instalarles un dispositivo de estimulación eléctrica epidural, un módulo con electrodos que reactiva la ruta de señales eléctricas entre el cerebro y las extremidades, restaurando así la capacidad de movimiento.

Los otros dos hombres que se sometieron a la intervención, Gert-Jan Oskam y Sebastian Tobler, tenían casos de parálisis parcial y parálisis extrema de la parte baja del cuerpo, respectivamente. Al final, los tres individuos fueron capaces de recuperar cierta movilidad inmediatamente después de la cirugía que les implantó el dispositivo, y trabajaron arduamente en terapias de rehabilitación que les permitieron volver a caminar (si bien requirieron un andador o muletas para hacerlo, pero luego de haber estado años paralizados, esto parecía un detalle menor).

De acuerdo con algunos reportes periodísticos, tanto Mzee como Oskam han recuperado la capacidad de mover algunas de sus articulaciones aun cuando sus dispositivos están apagados, lo cual abre la puerta a la pregunta de si una lesión medular puede, mediante este tipo de tecnología, llegar a revertirse.

Desde 2018, tres personas más con parálisis total o parcial de las extremidades inferiores han vuelto a caminar gracias a este procedimiento, que todavía no está disponible a nivel masivo y se podría decir que aún está en grado experimental.

Una red eléctrica

El cerebro, como control maestro del sistema nervioso humano, sigue siendo en gran parte un misterio para la ciencia. Sin embargo, lo que se ha estudiado converge en un principio básico: todo son impulsos eléctricos. Los pensamientos, los sentimientos, los movimientos (voluntarios o involuntarios), todo surge de la electricidad y no puede existir sin ella. Esta premisa dio pie a diversos avances en la neurociencia, principalmente durante la segunda mitad del siglo XX.

Los implantes cocleares, por ejemplo, fueron en su momento el caso más emblemático de un dispositivo tecnológico insertado en la cabeza (entre la piel y el cráneo) para estimular el nervio auditivo, lo que puede dar o devolver a una persona la capacidad de oír. Hoy en día es un procedimiento realizado en todo el mundo, e incluso en México está cubierto por el sistema nacional de salud para menores de cinco años.

Por su parte, otro de los avances que resultaron más relevantes para la salud, por su impacto en la calidad de vida de las personas, es el dispositivo que permite regular la enfermedad de Parkinson, desarrollado por el británico Kevin Warwick, especialista en cibernética. Este estimulador eléctrico se “conecta” al cerebro y es capaz de pronosticar temblores y liberar corriente eléctrica para frenarlos antes de que empiecen.

 

La neurotecnología en sus diversas expresiones lleva años en desarrollo. Hasta ahora, el manejo de las ondas eléctricas cerebrales mediante uso de magnetos, ya sea en aparatos de resonancia o en electrodos, ha servido para conectar máquinas y cerebros con diferentes fines

 

Y qué decir de las piernas y los brazos robóticos que se han diseñado para reponer los miembros perdidos de una persona, que puede moverlos sólo con la mente, como si fuera una extremidad biológica. La investigación ha llegado más allá. Científicos de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, implantaron un brazo robótico a un hombre que había perdido ambos brazos en un accidente, y al conectarlo directamente al os nervios de su brazo ha conseguido no sólo que lo controle, sino que están previendo que en un futuro cercano el hombre pueda sentir temperaturas o texturas con su brazo mecánico, a través de información que viajará del brazo al cerebro, en sentido contrario de como lo hace ahora.

Como estos, hay otros dispositivos que están todavía a prueba, por ejemplo, algunos que buscan estimular el nervio óptico para restaurar la capacidad de visión. Todos estos prototipos, muchos de ellos probados con éxito, han sido desarrollados después de identificar, mediante técnicas como la resonancia magnética, qué zona del cerebro interviene en cuáles procesos, y mientras este conocimiento se siga profundizando, más tareas o aspectos de la vida humana serán factibles de ser abordados.

El salto a lo abstracto

¿Qué es la mente? Las ideas, los pensamientos, la imaginación, la personalidad son sólo algunos de sus componentes. Una posible respuesta es que la mente es el resultado de la interacción neuronal (eléctrica) que hace a una persona ser lo que es. En este sentido, se podría estar de acuerdo en que la mente reside, físicamente, en el cerebro.

Las técnicas de mapeo de este órgano, hasta ahora, han podido determinar cuáles áreas intervienen en procesos más físicos: cómo llegan las señales desde cada uno de los sentidos, cómo se controlan los movimientos, etcétera. El siguiente paso lógico es, entonces, estudiar dónde y, sobre todo, cómo se crean los pensamientos.

En esa dirección, no se ha dado sólo un paso, sino varios. El mismo Kevin Warwick, de quien se habló más arriba, ha dedicado su carrera a investigar las interfaces cerebro-computadora, y es el científico que más se ha acercado a tener una comunicación muy parecida a la telepatía.

Su objetivo era comunicarse sin ningún tipo de lenguaje conocido, sino con una interacción “cerebro a cerebro”, con su esposa. Para ello, le implantó a ella un microchip como el que él ya tenía desde 2002, y que usaba para controlar las luces y otros dispositivos electrónicos en su oficina. Para probar su teoría, se situaron en diferentes lugares y conectaron sus chips mediante internet. La mujer movió la mano tres veces, y Warwick fue capaz de sentirlo en su propio sistema nervioso.

En diversas entrevistas, el investigador lo ha calificado como una interacción rudimentaria, “a nivel de telégrafo”, pero que finalmente ocurrió. Y aunque considera que esas señales se enviaron más bien “de sistema nervioso a sistema nervioso”, la evolución de este conocimiento llevará a poder comunicarse de cerebro a cerebro.

 

El objetivo de la neurotecnología, han dicho quienes la están investigando, debería ser ampliar las capacidades humanas, explotar el potencial de cada persona hasta niveles que de otra manera no se han conseguido.


Expandiendo los límites

La neurotecnología en diversas expresiones lleva años en desarrollo. Hasta ahora, el uso de magnetos, ya sea en aparatos de resonancia o en electrodos, ha servido para conectar máquinas y cerebros con diferentes fines.

En 2009, Javier Minguez, de la Universidad de Zaragoza, en España, inventó una silla de ruedas que puede ser controlada con la mente, una vez que se colocan en la cabeza de la persona una serie de electrodos (no permanentes, sino sostenidos por un gorro) que lo conectan a la silla. Según la explicación de Minguez, para que una persona parapléjica pueda usar el dispositivo basta con que se concentre mentalmente en un punto del mapa en 3D que la máquina crea de su entorno, y que se le presenta en una pantalla incluida en la silla.

Pero este no es el único dispositivo que ha logrado leer ideas. De hecho, se ha conseguido esto utilizando tecnologías ya disponibles y ampliamente utilizadas. En 2012, científicos del Instituto del Cerebro y la Mente de la Universidad de Ontario Occidental, Canadá, lograron que un hombre en estado vegetativo se comunicara, respondiendo a preguntas sencillas. Esto se logró “leyendo la mente” mediante una tecnología ya bien conocida: la resonancia magnética.

Scott Routley llevaba 12 de sus 39 años en estado vegetativo, una condición donde la persona tiene periodos de vigilia, con los ojos abiertos, pero sin ninguna acción ni interacción con el mundo. Para sorpresa del médico Británico Adrian Owen, Routley mostró que tenía conciencia y “una mente pensante”, reportó la BBC en su momento. En el proceso de escanear la actividad eléctrica cerebral, el científico comprobó que la mente de Scott pensaba para seleccionar una respuesta a las preguntas que le hacían, y así pudieron saber que el hombre no tenía dolor. “Creemos que sabea quién es y dónde está”, afirmó Owen.

Una mente abierta

El objetivo de la neurotecnología, han dicho quienes la están investigando, debería ser ampliar las capacidades humanas, explotar el potencial de cada persona hasta niveles que de otra manera no se han conseguido. Pero la historia es testigo de que toda tecnología puede ser constructiva o destructiva según quién la opere y qué fines persiga. No tendría por qué ser diferente en este caso.

Las discusiones éticas sobre las intervenciones tecnológicas en el cerebro son complejas y están en desarrollo. ¿Hasta dónde será el ser humano capaz de hurgar en la mente de otros? ¿Qué podría obtener con esa información?

A finales de 2020 se llevó a cabo el evento WebSummit, considerado la mayor conferencia anual sobre tecnología. En ese marco, especialistas en el rubro reflexionaron sobre la posibilidad e implicaciones de “leer las mentes” a través de dispositivos neurotecnológicos. Y de acuerdo con John Krakauer, director del Laboratorio de Cerebro, Aprendizaje, Animación y Movimiento de la Universidad Johns Hopkins, esta opción está a la vuelta de la esquina. “Ahora la tecnología puede entrar en tu cráneo y llegar hasta tus neuronas”, afirmó entonces.

Por su parte, el neurobiólogo español Rafael Yuste alertó sobre las implicaciones de esto. “Si puedes leer y escribir la actividad neuronal, puedes leer y escribir la mente de la gente, y esto no es ciencia ficción. Ya lo estamos haciendo en animales de laboratorio. Va a pasar”, sentenció, según declaraciones recogidas por el diario español El país.

Sin embargo, es posible que esta lectura del pensamiento no tome a la gente del todo por sorpresa. Después de todo, se pasa los días recibiendo la información que el algoritmo de las redes sociales decide. Cada reacción a una publicación, cada comentario usando ciertas palabras, cada clic, cada segundo que se pasa navegando en cierta página, todo es recogido, codificado e interpretado (leído) por las compañías cibernéticas para asegurar la permanencia. Las redes se anticipan a los deseos, los sacian o los generan. “Lectura de mentes” es otra forma de llamarlo.

Comments
comentarios de blog provistos por Disqus