La Clínica Especializada Condesa (CEC) se ha convertido en un modelo de atención a personas afectadas por el VIH. En los últimos diez años, el equipo que dirige la doctora Andrea González ha logrado ampliar los servicios de salud, desarrollar programas específicos, promover proyectos de prevención y realizar actividades de investigación que han colocado a la CEC a la vanguardia de la respuesta a la epidemia del VIH a nivel nacional, y le han dado reconocimiento internacional.

Muchos de los logros alcanzados se deben a la estrecha colaboración que las autoridades de la clínica han mantenido con organizaciones sociales, lo que le ha permitido atraer y acercarse a las comunidades más afectadas y en condición de marginación, convirtiendo a la Clínica también en un espacio comunitario.

Por esa razón, no resulta extraña la movilización que organizaciones y personas usuarias realizaron, el pasado 29 de marzo, para rescatar a la CEC del cerco impuesto durante días por la directiva de la sección sindical que, anteponiendo sus intereses de poder (asignar plazas a allegados incondicionales y sin preparación), impedía la entrada al personal directivo de la clínica, afectando los servicios que ahí se proporcionan.

De esta manera, las organizaciones sociales y de usuarios dejaron claro que no permitirán que intereses mezquinos y clientelares priven por encima de los derechos de las personas con VIH.