Personas que no dejan de crecer
Notar que los anillos comienzan a apretar, que la talla del calzado aumenta dos números y el engrosamiento de los rasgos faciales hace que una persona con acromegalia se sienta como un monstruo deforme.
Según el Instituto de Salud para el Bienestar, la acromegalia es una de las 20 enfermedades raras que afectan a la población mexicana. Estas afecciones se clasifican así porque afectan a no más de 5 personas por cada 10 mil habitantes.
Originada por un tumor benigno en la hipófisis (glándula del tamaño de un frijol, ubicada en la base del cerebro y detrás de la nariz), la acromegalia se deriva, en la mayoría de los casos, de un exceso de hormona del crecimiento que inicia entre los 30 y 50 años de edad.
Si bien no produce un aumento de la longitud de los huesos, sí se deforman partes del cuerpo como mandíbula, lengua, nariz, manos y pies. Otros síntomas son dolor intenso en articulaciones, ronquidos fuertes, dolores de cabeza, problemas de visión, engrosamiento de la laringe (por lo que la voz se hace más ronca), disfunción eréctil en hombres, problemas de fertilidad en mujeres, ansiedad y depresión. Además se presenta una sudoración excesiva y con mal olor, así como aumento del crecimiento de órganos internos (como el corazón o el hígado).
A pesar de los cambios físicos, el diagnóstico puede tardar 10 años, pues las alteraciones mencionadas se producen lentamente. Por ello, los endocrinólogos recomiendan comparar fotografías pasadas con las presentes, tomar radiografías de manos (lo que permite ver el engrosamiento), tomografías o resonancia magnética para determinar la magnitud del problema.
En el tratamiento se utiliza una combinación de cirugía (para extirpar el tumor), radioterapia (como tratamiento complementario, sobre todo si el tumor no se extirpó completo) y medicamentos (para disminuir los niveles hormonales).