Pon atención a tu lunares
Con la exposición al sol podrían aparecer lesiones o bultos cutáneos, algunos ovalados, planos, voluminosos, rosados, marrones o negros en cualquier parte del cuerpo. Los nevos, mejor conocidos como lunares, son muy comunes y benignos, sin embargo, su crecimiento o cambio de color repentino, además de otras peculiaridades malignas, se asocian a algunas variedades de cáncer de piel, como carcinoma espinocelular, melanoma y carcinoma de células basales.
Las verrugas son otras lesiones epidérmicas benignas que suelen confundirse con los lunares, aunque éstas son causadas por el virus del papiloma humano, siendo los tipos 1, 2, 4 y 7 los más comunes, en consecuencia son muy contagiosas. Prominentes, con superficies ásperas, las verrugas regularmente desaparecen por sí solas, aunque existen métodos que aceleran su eliminación, como el uso de láser y la crioterapia.
Para evaluar y prevenir las lesiones cutáneas, se deben observar ciertas características: si son asimétricos, sus bordes son irregulares, tiene más de tres colores, su diámetro mide más de 6 milímetros y si evolucionan (con el tiempo duelen, pican, sangran, aumentan de tamaño). Se encuentran en especial riesgo las personas de tez blanca, con antecedentes familiares, que se exponen constantemente al sol, que reciben radiación de cámaras solares, etcétera. En caso de cumplir con estas características, lo mejor es acudir con el dermatólogo. El tratamiento dependerá de la lesión y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, medicamentos e incluso removerlas si se consideran antiestéticas.