Autoerotismo en la infancia — letraese letra ese

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Autoerotismo en la infancia


Algunas personas piensan en lo bonito que resulta cuando bebés descubren partes de su cuerpo como sus dedos o, cuando en la niñez, se vuelven más conscientes de su esquema corporal y logran caminar, saltar, correr, etc.; sin embargo, cuando se trata de descubrir o explorar sus órganos sexuales pélvicos y conocer lo que les causa placer sexual, puede generar reacciones alarmistas, pensamientos prejuiciosos y conductas de represión, penalización, juzgamiento y maltrato.

El tema del autodescubrimiento, la autoexploración, el autoerotismo en la infancia, el autoplacer y mayoritariamente las experiencias en las niñas, se han visto rodeados de tabúes, prejuicios y mitos; principalmente por el contexto sociocultural patriarcal, citando a Gerda Lerner: “El patriarcado es el dominio masculino sobre las mujeres, niñas/niños y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”, mismo que obstaculiza y limita que se les acompañe de una forma asertiva, informada y respetuosa. En la primera infancia, pueden descubrir que al tocar su cuerpo perciben sensaciones placenteras. En palabras de Balsa: “De hecho son capaces de tener orgasmos en diferentes situaciones como balancearse sobre los órganos sexuales o al frotarlos, actividades que suelen descubrir por azar”.

Es importante desmitificar la idea de que el placer inicia a partir de nuestra pubertad, el placer corporal, así como el displacer, nos dan información importante sobre quiénes somos, lo que sentimos y es parte de nuestro autoconocimiento.

Según Berdúm “Esos tocamientos no tienen nada que ver con consecuencias negativas ni predicen ningún comportamiento futuro, en realidad es una forma de conocerse a sí mismos y experimentar; de la misma forma pueden tocar cualquier otra parte de su cuerpo como el dedo gordo de su pie o frotar su oreja”.

 

Es frecuente que al hablar sobre sexualidad se sienta miedo, ansiedad, dudas sobre lo que es “oportuno” platicar o expresar. Sin embargo, hay que reconocer que todo el tiempo se está educando, aun sin emitir palabras, más bien con las acciones y reacciones.

 

¿Cómo es el placer sexual en la infancia?

Aunado a esto, tendríamos que diferenciar la autoestimulación entre la adultez y la infancia. Parte de los prejuicios y los miedos que surgen ante el autoerotismo en la infancia parten de la creencia acerca de que la sexualidad y el placer son nocivos, y se refuerza con ideas y frases o discursos prefabricados como “son precoces”, “vivieron abuso”, “son pervertidas/pervertidos/pervertides”, “algo habrán visto”, “son malas/malos/males”, “lo van a repetir con alguien más”, etc., y estos discursos estigmatizan y promueven la culpa, la vergüenza, la inadecuación, la aversión, el miedo a sus propias experiencias: “Para Font la razón principal por la que algunos adultos expresan su desacuerdo en brindar información a los pequeños es porque la sexualidad infantil la han confundido con una sexualidad adulta”.

Hay diversos tipos de estímulos sexuales, lo que significa que pueden emanar del propio organismo (la persona), como cuando aguantamos la orina y es placentero; o del exterior (lo que está presente en el entorno de la persona), por ejemplo, cuando una persona en infancia se estimula frotándose.

Desde nuestro nacimiento somos seres sexuados, por lo cual explorar, reconocer y estimular los órganos sexuales es necesario para la construcción de nuestra personalidad y de nuestro mapa conceptual/emocional/corporal, ya sea que se autodescubra o se experimente en compañía de sus pares.

La finalidad de estas experiencias es sentir placer, un placer sensorial y a la vez generar un banco de recuerdos de placer y displacer como herramienta para la vida. Puede suceder, por ejemplo, que una niña frote su vulva con una pelota y descubra que se siente rico, entonces, lo repite.

Las infancias, al explorar su cuerpo, se reconocen y construyen su autoestima (autoconcepto y autoimagen).

Acompañamiento al descubrimiento del placer sexual en la infancia

Las infancias se explorarán de manera libre, positiva, placentera, lúdica, creativa, en cualquier sitio y delante de cualquier persona, sin embargo, la visión adultocentrista, moralista, cosificante, prejuiciosa y en donde la sexualidad infantil y el placer están negadas e invisibilizadas, contribuye a experiencias cargadas de culpa, vergüenza, inadecuación, autocastigo, autorreproche, violencias, autoanulación, ideas estigmatizadas que convierten la educación sexual en un espacio de pedagogía de la crueldad.

Por todo esto resulta vital que el acompañamiento sea respetuoso, empático, informado, desprejuiciado, con perspectiva de género, con garantía de protección de los derechos de las infancias y adolescencias. Hay que enseñarles que al vivir en espacios de violencias es necesario integrar herramientas de autocuidado, como por ejemplo que puedan identificar sus espacios privados y seguros, así como que las personas adultas posibiliten y respeten estos espacios. Parte del objetivo de la educación de la sexualidad es ofrecer herramientas a las personas para cuidarse a sí mismas y relacionarse con las demás, por lo que es importante que las infancias tengan el conocimiento y el ejercicio libre de sus recursos emocionales/corporales/actitudinales.

Es frecuente que al hablar sobre sexualidad sintamos miedo, ansiedad, dudas sobre lo que es “oportuno” platicar, expresar o decir. En realidad, todo el tiempo estamos educando, así como la escuela se puede convertir en un segundo hogar, el hogar es la primera escuela y en ella aprendemos y aprehendemos, por lo que nuestras actitudes, nuestra expresión emocional, nuestros comportamientos y todo aquello que rodea a las infancias son lugares de enseñanza, incluida la educación sexual. Las infancias aprenden de sus experiencias y desde el juego, por lo que lo cotidiano sirve como herramienta pedagógica identificar las actividades públicas en una lluvia de ideas, por ejemplo: comer, jugar, leer, etc. y actividades privadas como: bañarse, desnudarse o autoestimularse.

Por otro lado, hay que recordar la educación en sexualidades desde la educación para la paz, de reivindicación del derecho al placer, de la responsabilidad afectiva, desde una mirada feminista; el aprendizaje en las infancias se basa en todo aquello que perciben del mundo que les rodea, por ende, cuando logramos construir esta vivencia personal de bienestar, libertad, respeto, placer y confianza, tendremos mayores posibilidades de que las personas en infancia respeten sus propias experiencias, su propia libertad y sobre todo el amor hacia sí mismas; lo emocional, afectivo y el conocimiento del cuerpo va ligado a lo cognitivo. Para Nelsen, “los niños pueden aprender que tienen derecho a decidir lo que es sexualmente mejor para ellos, siempre y cuando no lastimen a nadie. Que no son malos por la exploración y estimulación normal de sus cuerpos”.

 

Resulta vital que el acompañamiento de infantes y adolescentes sea respetuoso, empático, informado, desprejuiciado, con perspectiva de género y con garantía de protección de sus derechos.

 

Por una nueva pedagogía

Existe la necesidad de que las infancias y/o adolescencias aprendan desde el autocuidado, la autodeterminación y la autoestima a protegerse de quienes decimos velar por sus intereses, de quienes decimos amarles y cuidarles.

La forma en que nos vinculamos con las infancias puede fortalecerse integrando las diversidades, el placer sexual de todas las personas, incluidas las mujeres de todas las edades, reconociendo que la sexualidad y nuestro placer nos acompaña desde antes de nacer y hasta el momento de nuestra muerte. Respetar el descubrimiento de sus cuerpos, sus experiencias, sus bienestares y malestares es fundamental para un desarrollo integral de la libre personalidad.

Es importante recordar que más allá de la información que podamos ofrecerles, nuestra actitud ante sus manifestaciones, los mensajes verbales y no verbales, serán más significativos. Si las personas reaccionamos con naturalidad y transmitimos un mensaje positivo, respetuoso, placentero, amoroso, libertario, las infancias vivirán de manera más ligera, libre y confiada su sexualidad.

 

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