Insuficiencia renal crónica — letraese letra ese

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Insuficiencia renal crónica


La piel de Susana comenzaba a tornarse amarillenta; durante el día sentía enorme cansancio, incluso para realizar actividades sencillas como preparar su desayuno o salir por víveres. Por las noches tenía necesidad frecuente de orinar, con cierto espasmo. Después de realizarse estudios especializados, descubrió que su riñón funcionaba al 30 por ciento, resultado de su diabetes no controlada, situación que le había generado una nueva condición de salud.

La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es la disminución lenta y progresiva de la capacidad de los riñones para filtrar el desecho metabólico de la sangre. La enfermedad afecta a una de cada tres personas con diabetes, casi 150 millones en el mundo, actualmente, y hacia 2040, podrían ser alrededor de 210 millones de personas con alteraciones en el riñón.

Diversas causas pueden lesionar irreversiblemente los riñones, y el malestar puede pasar de ser agudo a crónico. Una de las principales causas para el desarrollo de la IRC es la diabetes mellitus no controlada, debido a que los altos niveles de glucosa en el organismo dañan de forma directa los pequeños vasos sanguíneos de los riñones. De igual modo, la presión arterial elevada afecta a este órgano.

La IRC también puede generarse por la obstrucción de las vías urinarias, causada por enfermedad poliquística del riñón o trastornos inmunitarios que propician que los anticuerpos produzcan lesiones en vasos sanguíneos de los ductos renales.

La insuficiencia renal es leve o moderada cuando los riñones no pueden absorber agua de la orina para reducir el volumen de ésta y concentrarla, lo cual genera que esos órganos pierdan la capacidad de excretar los ácidos producidos normalmente en el cuerpo, por tanto, se incrementa la acidez de la sangre (acidosis), generando una disminución de glóbulos rojos y provocando anemia.

La presencia de altos niveles de desechos metabólicos en la sangre puede dañar las neuronas en el cerebro, el tronco y las extremidades.

Síntomas

De acuerdo con Ricardo Correa Rotter, nefrólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán", los síntomas de la IRC dependen del nivel de desarrollo de la enfermedad. Quienes tienen un desarrollo de ligero a moderadamente grave presentan síntomas leves como necesidad frecuente de orinar (sobre todo por las noches). Esto se produce porque los riñones no pueden absorber el agua de la orina para reducir el volumen y concentrarla como sucede normalmente al dormir. A medida que la enfermedad evoluciona, se acumulan sustancias tóxicas en la sangre, lo que genera fatiga y debilidad general, sumado a la disminución de la agilidad mental.

En algunos casos, se puede presentar inapetencia y dificultad respiratoria y esto puede empeorar debido a que el aumento de desechos metabólicos provoca náusea, vómitos y mal sabor de boca; este cuadro puede evolucionar con desnutrición y pérdida de peso.

Algunas personas con este padecimiento tienden a desarrollar moretones o sangran por un tiempo prolongado después de una lesión. Además, se disminuye la capacidad del organismo para combatir infecciones, debido a la supresión del sistema inmunológico.

A medida que evoluciona la enfermedad se pueden presentar contracciones, debilidad muscular y calambres con dolor debido a que la concentración de desechos metabólicos se eleva y ocasiona daño a los nervios y músculos. La piel adquiere una tonalidad amarilla amarronada, y en algunas ocasiones, la concentración de urea es tan alta que cristaliza el sudor de modo que forma un polvo blanco en la piel (escarcha urémica). Algunas personas suelen manifestar picor en todo el cuerpo y presentar mal aliento.

Diagnóstico

Ante la presencia de alguno de los síntomas es necesario realizar pruebas de sangre y orina para determinar si se trata de un nivel agudo o crónico. Los análisis de orina pueden detectar diversas anomalías, incluidas las alteraciones proteínicas y células anormales. Otra herramienta de diagnóstico es la ecografía, un estudio que utiliza ondas sonoras para producir fotografías de las estructuras del riñón y detectar lesiones.

Las medidas para prevenir el empeoramiento de la función renal o complicaciones incluyen un control adecuado de diabetes, hipertensión, colesterol y triglicéridos.

También se pueden utilizar ciertos medicamentos para el control del potasio, el fósforo, los triglicéridos, el colesterol y para tratar la insuficiencia cardiaca o anemia. Además, se puede recurrir a la diálisis, proceso mediante el cual se extraen los productos de desecho y el exceso de agua del organismo.

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