Para la salud comunitaria — letraese letra ese

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Usted está aquí: Inicio / 2018 / 12 / 06 / Para la salud comunitaria
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Para la salud comunitaria


Entre mil y mil 600 pesos es lo que debe pagar una persona indígena makurawe que desea o tiene la necesidad de salir de su comunidad para ir a la cabecera municipal de Álamos, Sonora. Se trata del pueblo indígena makurawe o guarijío asentado en las faldas y parte media-alta de la Sierra Madre Oriental ubicada al sur del Estado de Sonora.

El precio es inalcanzable para la mayoría de estas personas, quienes subsisten de sus cultivos de temporal, los cuales se van haciendo más difíciles debido a las sequías cada vez más frecuentes ocasionadas por el cambio climático, también se dedican a la pesca, la cual aún es segura hasta que se desequen o contaminen las afluentes del río. Algunos cuentan con ganado para crianza y consumo local.

A esto se suma que el río Mayo funciona como una frontera natural que debe cruzarse a través de un puente colgante en medio de pequeños cañones, para después proseguir a pie, pues en temporada de lluvias el cauce del río no permite traspasarlo en vehículo. Mantenerse relativamente aislados de las misiones de evangelización hasta finales del siglo XVII ha sido un factor que les ha permitido preservar su lengua y sus costumbres, las cuales son cotidianas hasta la fecha.

Existen comunidades más alejadas a las cuales se puede acceder a pie o en mula. Trasladarse de estas comunidades montaña arriba implica a las y los indígenas un trayecto que dura hasta 16 horas a pie o 12 horas en mula. Las temperaturas ambientales son extremas y oscilan entre 38 y 45 grados centígrados.

Los programas sociales llegan a cuentagotas. Pocas comunidades cuentan con médico y por lo tanto el servicio es fraccionado, limitado a pocos días a la semana, en ciertos horarios, con recursos y medicamentos limitados y sin el respeto a sus prácticas de salud ancestral, pues su sistema tradicional de salud se contrapone con el sistema de salud hegemónico que es ofrecido ocasionalmente y con una lengua diferente a la de la etnia guarijía.

Trabajo con integridad
Las tiendas comunitarias están repletas de bebidas azucaradas y comida chatarra, pero no de alimentos que complementen su dieta con calidad nutricional. Para Elizabeth Pettit y Daniel Bernal, profesionales de la medicina, hay algunas contradicciones en las políticas públicas implementadas en la región. Por ejemplo, cuestionan que haya acceso a productos ultraprocesados de la industria alimentaria, pero un acceso limitado a un sobre de suero oral.

Por esa razón, en el 2014, estos dos médicos fundaron la Clínica Integral Almas, una asociación civil con la cual han construido e implementado un modelo alternativo para la atención integral en salud a través del acompañamiento y colaboración con las comunidades de mayor exclusión social, promoviendo la coparticipación con los jóvenes indígenas promotores de salud rural y el pueblo guarijío para conseguir mejores condiciones de salud y bienestar a través de iniciativas que inciden en la capacitación, el empoderamiento comunitario, la resiliencia, la dignidad, el potencial humano, la revitalización y protección del patrimonio biocultural, la subsistencia alimentaria y de manera relevante, la salud ambiental y animal, enfatizando el manejo sustentable del entorno, con el propósito de alcanzar un desarrollo integral sostenible.

 

Una de las apuestas de la Clínica Integral Almas es el envolvimiento cultural, es decir, el involucramiento de todas y todos los integrantes de la
comunidad, desde niños hasta personas adultas mayores, a través de diferentes actividades, no sólo de salud sino culturales.

 

Al respecto, Elizabeth Pettit explicó que hace cuarenta años se llevó a cabo la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud, de la cual emergió la Declaración de Alma Ata, cuyo compromiso central fue garantizar el acceso universal a la salud en cualquier rincón del mundo. Desde su perspectiva, la salud para todas las personas es un objetivo que no se cumplió, pero se deben crear estrategias para lograrlo. Y parte de su propuesta es buscar soluciones rápidas, buenas y excelentes en comunidades como las de la zona guarijía sonorense, a fin de lograr acciones locales para un impacto global.

Una de las apuestas de la Clínica es el envolvimiento cultural, es decir, el involucramiento de todas y todos los integrantes de la comunidad, desde niños hasta personas adultas mayores, a través de diferentes actividades, no sólo de salud sino culturales como teatro o de innovación agroecológica sustentable en cultivos comunitarios.

Sin embargo, Pettit considera que lo más importante de este método es el escuchar a las comunidades, porque a veces se intenta, pero se desconoce su cosmovisión. Para ella, a lo largo de estos años de trabajo, uno de los conceptos más importantes que ha aprendido es el de la reciprocidad, esa posibilidad de intercambio de conocimiento y de humanidad.

Para abrir esas posibilidades de reciprocidad, el médico Daniel Bernal ha aprendido una de las lenguas indígenas, el yoreme-mayo, y actualmente está aprendiendo la lengua guarijía, buscando un mayor acercamiento con las comunidades y comprendiendo, desde el punto de vista cultural de los pueblos mayo y guarijío, cuál es su cosmovisión de salud y de bienestar.

Salud integral
Tras caminar por media hora cargando medicamentos y su equipo de trabajo, los médicos arriban a Mesa Colorada, una de las poblaciones más grandes de la zona guarijía, donde hay consultorio médico comunitario. La comunidad les presta las llaves para hacer uso del mismo, pues tiene equipamiento y medicamentos.

A pesar de la instalación, no hay un médico constante. Esto y otras necesidades fueron detectadas por el equipo médico de la clínica, que originalmente pensaba sólo implementar una estrategia para mejorar la nutrición de la población de la zona, pero se percataron de estas necesidades y decidieron ampliar su rango de acción.

 

Para el personal de la Clínica Almas, la pobreza, la marginación y la vulnerabilidad pueden ser modificadas, pero para eso se deben buscar alternativas
a través de una mayor incorporación de toda la población.

 

De esta manera, cada semana, llega el grupo de médicos a diferentes comunidades de la sierra para dar consulta y seguimiento a las personas que están bajo tratamiento, a las mujeres embarazadas, a la población infantil o a la adulta mayor. Mientras llegan los médicos al centro comunitario, la gente les solicita que se dirijan a la casa de alguna persona porque ya no puede moverse o porque la han visto mal.

Así, una parte del grupo de médicos acude a las visitas domiciliarias, mientras que otra se queda en el centro de salud, donde se dan alrededor de 40 consultas durante cada visita. Los motivos de consulta más frecuentes son infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, control de embarazo, hipertensión y diabetes. Sin embargo, también se busca educar e informar sobre salud sexual y reproductiva en las que se incluyen insumos de prevención como condones y pruebas para la detección de VIH.

De acuerdo con Bernal, las dinámicas de migración son altas, sobre todo en los jóvenes, con un flujo poblacional de tipo intermunicipal, con periodicidad cíclica entre las agrociudades ubicadas en Navojoa, Huatabampo, Hermosillo, Caborca, San Luis Río Colorado, entre otras. No cuentan con herramientas de prevención de infecciones de transmisión sexual y por lo tanto, tienen riesgo de adquirirlas, incluido el VIH.

Como parte de este concepto de salud integral, se fomenta el uso responsable de todos los recursos disponibles, revalorar los elementos dados por la naturaleza y compartirlos para que haya un acceso común a los beneficios de estos.

Para el personal de la Clínica Almas, la pobreza, la marginación y la vulnerabilidad pueden ser modificadas, pero para eso se deben buscar alternativas a través de una mayor incorporación de toda la población y promover un cambio de conciencia sobre las condiciones que prevalecen para superarlas y lograr así el bienestar común.

Los especialistas de la Clínica señalan que México cuenta con un marco normativo inigualable en salud, que es y ha sido ejemplo a nivel internacional por sus programas preventivos como la vacunación universal, la gratuidad de atención en salud y medicamentos, incluidos los tratamientos para VIH. Sin embargo llevar estos servicios a las poblaciones marginales representa un reto al cual se debe contribuir para reducir esas brechas en el acceso.

Por eso, Clínica Integral Almas contribuye a reducir esas brechas a través de estrategias que promueven el acceso a los servicios, facilitan y reducen los tiempos de transporte.
El siguiente paso es que surjan liderazgos comunitarios en materia de salud que colaboren en esta estrategia preventiva, así como en la posibilidad de que actúen de manera constante, y sea desde la propia visión de las comunidades guarijías, el planteamiento de soluciones para abatir las brechas de desigualdad.

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