Es el tiempo de las mujeres
¿Tiene contados sus días el régimen patriarcal? Si nos atuviéramos al impacto social que ha alcanzado el llamado a las movilizaciones del 8 y 9 de marzo, estaríamos tentados a contestar de manera afirmativa. El feminismo nunca había arraigado tanto en la sociedad. Estamos, sin duda, ante una transformación histórica en las relaciones entre hombres y mujeres.
La violencia creciente contra las mujeres es el claro síntoma de un patriarcado en decadencia, que se resiste a claudicar del poder que ejerce sobre ellas a todos los niveles de la vida pública y privada. A pesar de ello, la rebelión de las mujeres parece imparable.
El tsunami feminista está cimbrando a las instituciones políticas y sociales. A la Familia desde luego, pero también a las de impartición de justicia, al cuerpo de leyes del Estado, a las escuelas y universidades, al ámbito laboral y hasta al mundo del espectáculo.
Sin embargo, el sistema patriarcal no se construyó de la noche a la mañana. El costo que se está pagando en vidas truncadas y destrozadas por la violencia machista resulta intolerable. Para asegurar el fin del sistema jerárquico de dominación de género es necesaria la reestructuración a fondo de las instituciones sociales y del Estado. Pero, ante todo, resulta urgente garantizar que esta transformación histórica en marcha se realice con el menor costo de vidas de mujeres y niñas posible.