PrEP: las siglas de la prevención — letraese letra ese

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PrEP: las siglas de la prevención


“El chacal está muy sabroso y pues… como va”, dice Melken, mujer trans que porta una playera en la que invita a las personas a obtener información sobre cómo prevenir una infección de VIH mediante la toma de un medicamento. Ella sonríe de manera maliciosa al reconocer que a pesar de ser quisquillosa con sus parejas sexuales, a veces se le han “cruzado los cables” y no se ha protegido con condón.

Lo peor de la situación es que después de algunas horas de la relación sexual sin protección, entras en un período de duda sobre si la otra persona “traía algo o no”, y mientras quedas en incertidumbre te puedes realizar la prueba de VIH, menciona la mujer de 44 años, quien reconoce que no se había preocupado por la temática hasta hace tres años, cuando dos amigas cercanas fallecieron por cuestiones asociadas al virus.

Tras acercarse a organizaciones de la sociedad civil con trabajo en prevención del VIH, en 2016, comenzó a realizar labores de promoción de la salud sexual y de detección del virus, al visitar a otras chicas trans que trabajan en estéticas o que, como ella, ejercen el trabajo sexual en las calles, llevándoles información y preservativos.

Hace cuatro meses, le hablaron por primera vez de la Profilaxis Pre Exposición (PrEP), de que con la toma diaria de una pastilla podía evitar una infección de VIH aunque no hubiera utilizado condón. No lo dudó, ella no quería preocuparse ni en otra persona la responsabilidad del cuidado propio, además de que el ejercicio de su oficio requiere de muchas precauciones.

A la vez, le plantearon la posibilidad de que ayudara al proyecto que se está realizando en México, llevando información a otras chicas trans para que puedan recibir la herramienta preventiva. Por lo tanto, Melken, quien refiere que escogió el nombre de origen alemán por la metáfora que hace del polvo sobre el viento, asumió que era necesario vivir la experiencia propia, para poder compartirla.

Dice que uno los aspectos que más le ha beneficiado es tener la seguridad de que no se puede infectar de VIH, y su actividad sexual es más confiable, pues aunque se rompa el condón, la otra persona se lo ponga mal o cualquier otro incidente, ella estará siempre protegida.

“En lo emocional, sé que no transmito nada a otras personas porque me estoy cuidando y llevo un monitoreo adecuado de mi salud sexual”, menciona orgullosa mientras hace un recuento de que, en tres meses, ha logrado que otras 15 chicas trans se sumen al protocolo. Suele decirles que si acuden a una de las pláticas informativas sobre PrEP que se llevan a cabo semana tras semana en Clínica Condesa, en dos horas les puede cambiar la vida.

 

De junio de 2018 a la fecha se han sumado mil 500 personas al protocolo de investigación: mil 400 hombres gay o que tienen sexo con otros hombres
y 100 mujeres trans.

 

Historia del hallazgo
Un alto nivel de protección contra la infección por VIH después de tomar por cierto lapso el medicamento Truvada una vez al día fue la noticia que en noviembre de 2010 dieron a conocer un grupo de científicos de diferentes partes del mundo. Ellos colaboraban en un proyecto denominado iPrEx, que monitoreó, por más de un año, a más de 2 mil 499 personas que no vivían con VIH (hombres que tenían sexo con hombres o mujeres trans), pero que mantenían prácticas sexuales de riesgo.

Los resultados, publicados la revista The New England Journal of Medicine, indicaban que la prevalencia de VIH en este grupo se reducía en 44 por ciento y que quienes tomaban el tratamiento –que ya se usaba para tratar la infección por VIH– contaban con una mayor protección que quienes no, pues del grupo que tomaba placebo, 64 personas resultaron infectadas, mientras que del grupo con tratamiento, sólo fueron 36.

Tras compartirse más resultados, en 2012, el gobierno de Estados Unidos, a través de la Agencia de Alimentación y Medicamentos (FDA), aprobó el uso de la denominada profilaxis pre exposición, y dos años después, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomendaron este tipo de profilaxis y publicaron unas guías para su prescripción y seguimiento. Las medidas han logrado que hoy en día, más de 130 mil personas accedan a la herramienta preventiva en territorio estadunidense.
Entre tanto, en Europa, hace cuatro años, Francia comienza a ofrecer la PrEP a través de su sistema de salud, y en 2017 lo establece como un programa de salud pública. De igual manera, la Agencia Europea de Medicamentos lo aprueba con cuatro años de retraso con respecto a su homóloga estadunidense.

En los últimos tres años, Noruega, Escocia, Gales, Bélgica, Portugal y Alemania también lo incorporaron a sus políticas públicas de prevención del VIH, y en Inglaterra se lleva a cabo un estudio denominado PrEP Impact Trial.

Actualmente, en América Latina, en Brasil, México y Perú se implementa el proyecto ImPrEP para comprender cómo se podría implementar una política pública con este recurso de prevención del VIH en países de la región.

El protocolo de investigación
Una o varias veces a la semana se abren las puertas de la Clínica Condesa para que quienes tengan dudas sobre el PrEP se acerquen y obtengan información sobre el protocolo que se ha implementado en la Ciudad de México, Guadalajara y Puerto Vallarta para que ciertos sectores de la población, en concreto hombres que tienen sexo con otros hombres y mujeres trans, puedan recibir la profilaxis y sean monitoreados por especialistas como parte de un protocolo de investigación.

De acuerdo con Omar Mejía Tinajero, médico de la clínica e investigador participante en el protocolo, el proceso para poder acceder a la PrEP inicia al momento en que las personas se acercan a la clínica o a las otras sedes participantes, a las charlas informativas. Quienes consideran que reúnen las características solicitan una cita para que reciban una valoración por parte de un consejero, quien determina si son o no personas con prácticas sexuales de riesgo que las pueden llevar a una infección de VIH a mediano o a corto plazo. Además, se aplica una serie de pruebas para conocer si las personas viven o no con VIH o presentan alguna otra infección de transmisión sexual (ITS).

Después de tener ambos resultados, se pasa a una consulta médica en la que se lleva a cabo la valoración definitiva para establecer si la persona es o no candidata para tomar la profilaxis. Se le hacen pruebas de sangre, un estudio para detectar infecciones en el tracto anal y un monitoreo de las condiciones de sus riñones.

En caso de que no sea calificada como candidata, Mejía Tinajero explicó que a la persona se le recomienda utilizar condones.

En contraparte, quienes son considerados como candidatos a recibir PrEP, por factores como que hayan tenido múltiples parejas sexuales en un periodo corto de tiempo (entre tres y seis meses); que tienen un mal uso del condón, no lo utilizan o tienen muchos accidentes con él; que tienen relaciones sexuales con personas VIH positivas que no toman tratamiento o que son irregulares en la toma del mismo, o que se les hayan detectado la presencia de alguna ITS, inician la toma de Truvada, todos los días, una vez al día.Después, cada tres meses son sujetos a monitoreo.

A la pregunta de cuánto tiempo puede o debe tomarse la pastilla, la cual contiene un coctel antirretroviral, el especialista indicó que toda persona participante es monitoreada para saber si su cuerpo está en el estado adecuado para tomar el medicamento preventivo. Mientras no se presenten daños a los riñones, las personas seguir tomando el tratamiento profiláctico de manera indefinida. En caso contrario, se debe suspender inmediatamente.

Hay muchos mitos como aquel que dice que si se toma la PrEP con días de anticipación a la relación sexual de riesgo es más que suficiente. Al respecto, Mejía explico que si bien ese esquema se manejó en otros países, el problema de esto es saber qué día vas a tener relaciones sexuales. Por ello, el protocolo de la Clínica Condesa establece que el esquema debe tomarse todos los días y si se deja de consumir por cuatro o cinco días seguidos, se debe volver a iniciar, lo que significa un período de siete días sin tener relaciones sexuales de riesgo para que el medicamento comience a surtir efecto en el caso de hombres que tienen sexo con otros hombres, y un periodo de 14 a 21 días si quienes lo toman son mujeres trans.

 

México es el único país de América Latina que incluyó a las organizaciones de la sociedad civil en un protocolo de PrEP como participantes activas,
con la posibilidad de que lleven a cabo directamente las intervenciones.

 

Mayor beneficio
El medicamento utilizado para la PrEP es inocuo y resulta más barato pagar la profilaxis que un tratamiento completo para VIH, además de que tratar la infección implica el uso de un mayor número de medicamentos y mayores controles, más posibilidades de efectos secundarios para las personas e intervenciones de corte psicológico y de monitoreo, refirió Mejía Tinajero.

Para el médico, el uso de la PrEP evita que haya más transmisiones del virus, a pesar de que haya situaciones como que las personas no tengan condones al momento de tener relaciones sexuales o que las tengan en un lugar o espacio donde no haya las condiciones necesarias para protegerse como la calle, o incluso, que las personas no estén preparadas para poder autoprotegerse. La realidad, dice, es que las personas, tengan o no las condiciones adecuadas, van a tener relaciones sexuales.

Incluso, añadió que el esquema implementado en México es muy amigable, ya que no reacciona ante la presencia de drogas o alcohol en el organismo.

Preguntas que buscan respuesta
De acuerdo con Sergio Bautista Arredondo, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública e investigador titular del protocolo, existen dos formas de hacer frente al VIH para erradicarlo. La primera es abatir la mortalidad por VIH y la segunda es evitar los casos nuevos. Para lo anterior, consideró que la PrEP es una de las mejores opciones disponibles para lograrlo.

Por ese motivo, explicó a Letra S que el protocolo en México, más allá de sólo brindar PrEP, pretende medir el tiempo que una persona, una vez que ha aceptado tomar la profilaxis, ingiere el medicamento. Y por otro lado, se busca conocer los índices de adherencia, saber qué porcentaje de las personas participantes se toma la pastilla realmente a diario, como lo señala el protocolo, además de obtener datos como la presencia de ITS en quienes toman el tratamiento profiláctico.

De manera preliminar, pues aún no se terminan de procesar los datos, el especialista en economía y salud compartió que los índices de adherencia al tratamiento por parte de la población inscrita en el protocolo son bastante altos y no ha habido un aumento significativo de las ITS.

Lo anterior, lo calificó como alentador para pensar en que en un futuro, la PrEP sea un programa integral de prevención en todo el país, siguiendo modelos de consejería como el de la Clínica Condesa, que aplica la prueba, identifica a personas VIH positivas y las vincula a tratamiento, o bien identifica personas negativas y las canaliza para que comiencen su esquema preventivo.

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