Hernias discales. Dolor a cuestas — letraese letra ese

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Hernias discales. Dolor a cuestas


A sus 45 años, Laura comenzó con un dolor de cuello que se propagó a los hombros, espalda y brazos. Después de un mes, comenzó con entumecimiento en esa zona. Después de una visita médica acompañada de una resonancia magnética, supo que había desarrollado una hernia de disco.

Una de las principales afecciones que produce la hernia de disco es dolor agudo, debido al contacto con nervios medulares. Puede provocar desde un andar torpe hasta pérdida de habilidades motoras finas en las manos y brazos.

La columna vertebral está conformada por una serie de discos que se acomodan entre las vértebras, éstos son cojines fibrosos resistentes que sirven como amortiguadores, sin embargo, cuando se ejerce presión sobre ellos, pueden desgarrarse y causar dolor. En la parte interior de los discos vertebrales, hay una sustancia gelatinosa y blanda que al salir causa dolor por el contacto con los nervios.

Sus causas
Un disco vertebral se puede herniar debido a una lesión traumática repentina o por pequeños traumatismos repetidos. El interior, que se encuentra sometido a una presión elevada, se abre paso a través de un desgarro o un punto debilitado en la cubierta. El dolor se produce porque el disco sobresale de su ubicación normal y comprime la raíz nerviosa espinal próxima a ella de modo que puede inflamarla o lesionarla. La región lumbar es la que tiene mayor probabilidad de afectarse ya que más del 80 por ciento de las hernias discales se producen en esa área.

En general, las hernias discales no causa síntomas pero pueden producir un dolor que va de ligero a debilitante y suele intensificarse con el movimiento.

La localización de la hernia determina el grado de dolor, ya que según el disco dañado se presenta con mayor o menor intensidad. Es decir, si la hernia se encuentra en la raíz nerviosa espinal, el dolor será más intenso.

El dolor se puede sentir a lo largo del recorrido del nervio comprimido por la hernia discal, esto es, si la hernia toca el nervio ciático, se produce dolor en la zona que atraviesa.

La hernia discal puede causar entumecimiento y debilidad muscular. Si la presión sobre la raíz del nervio es fuerte puede provocar parálisis de las piernas.

Factores de riesgo
Las hernias discales son más frecuentes en personas entre los 30 y los 50 años de edad debido a que durante ese periodo de la vida se debilita la cubierta de los discos intervertebrales.

Después de los 50 años, el interior del disco comienza a endurecerse, haciendo menos probable que se produzca una hernia.

Las personas con sobrepeso tienen mayor riesgo de desarrollar una hernia discal, sin embargo, aquellas personas que levantan objetos pesados de forma inadecuada pueden provocarse daño a los en los discos.

Las acciones repetitivas que implican levantar, tirar o empujar objetos, inclinarse de costado o girar el cuerpo, pueden favorecer el desarrollo de una hernia de disco.

Para hacer un diagnóstico preciso se requiere una escanografía, que es un estudio que permite generar imágenes detalladas del cuerpo de modo que brindan mayor claridad al revelar detalles de los huesos. También la resonancia magnética permiten visualizar mejor la estructura ósea para identificar anormalidades.

Tratamiento
La mayoría de las personas pueden recuperarse sin tratamiento, habitualmente al cabo de 3 meses o incluso antes.

La aplicación de compresas frías o calientes en combinación con analgésicos permiten aliviar el dolor. Las intervenciones quirúrgicas pueden ser requeridas para algunos pacientes que no se recuperan de forma natural de manera que se sugiere extirpar un fragmento o la totalidad del disco y parte de una vértebra para eliminar la molestia.

La cirugía consiste en abrir y retirar la parte del disco que comprime el nervio. Las personas que tienen una desviación en la columna, así como aquellas que han desarrollado artrosis (enfermedad que lesiona los cartílagos), pueden requerir otro tipo de cirugía para implantar prótesis de disco, éstas pueden ser cervicales o lumbares y tienen la finalidad de remplazar los movimientos originales del disco.

Ambas cirugías se deben realizar después de evaluar el tiempo de desarrollo de la hernia discal, así como la cantidad de dolor que presenta el paciente y las actividades que realiza, ya que esto puede determinar la recuperación.

Entre el 10 y 20% de las personas que se someten a cirugía por dolor ciático provocado por una hernia discal sufren ruptura de otro disco.

Si bien la hernia de disco es el resultado del desgaste relacionado con el envejecimiento, una mala postura y tener sobrepeso pueden favorecer su aparición, por lo que se deben cambiar tanto hábitos alimenticios como de mecánica corporal para evitar su aparición

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