Emociones contemporáneas — letraese letra ese

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Emociones contemporáneas


¿La manera en que un lugar está construido o acondicionado puede influir en las emociones de las personas? ¿Lo emocional es algo relacionado directamente con la biología o con el contexto cultural de las personas, o ambas cuestiones influyen directamente? ¿Se vive una sensación de miedo, a escala social ante los índices de violencia registrados en los últimos años? Fueron algunas de las preguntas desprendidas de las diferentes mesas de reflexión celebradas en el VI Coloquio de Investigación. “Las emociones en el marco de las ciencias sociales: Perspectivas interdisciplinarias”, para las cuales, el consenso fue que su respuesta requería de una visión interdisciplinariav.

Organizado por la Red Nacional de Investigadores en los Estudios Socioculturales de las Emociones (RENISCE), con sede en la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala de la UNAM, el evento académico permitió observar que el tema de las emociones ya no sólo es tomando en cuenta e investigado por profesionales de la antropología, psicología, sociología o historia, sino también por especialistas en neurociencias, comunicación, o incluso, de la arquitectura. En este último renglón, por medio de un análisis de las propuestas filosóficas de Gilles Delleuze y Michael Foucault, Yuzzel Alcántara, de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, resaltó que la creación de atmósferas que no sólo permitan a las personas sentir comodidad al estar en un espacio sino también provocar hasta recordar lo que les hizo sentir mientras se estuvo ahí son parte de los nuevos retos de la arquitectura, disciplina que hasta hace algunos años no tomaba en cuenta las emociones de quienes utilizaban los bienes inmuebles.

Por otra parte, la disolución entre las perspectivas biológica y sociocultural sobre el origen de las emociones ha tomado fuerza en el terreno de las neurociencias, un área de conocimiento que por primera vez participó en un evento académico enfocado a la investigación social. Algunos de los puntos expuestos fueron el planteamiento de un giro epistemológico en las ciencias biológicas para conjuntar a la cultura y la sociedad con lo biológico y plantear que la emoción es una traducción de lo ocurrido en el entorno, por lo que una veta por investigar es conocer lo que ocurre en el cuerpo-mente ante el acontecimiento de ciertos hechos.

De igual manera, se debatió, si aún es útil, desde un punto de vista de la ciencia, pensar en la existencia de emociones básicas o si éstas son productos evolutivos, un conjunto de herramientas para la sobrevivencia, y dada su efectividad, son utilizadas hasta el día de hoy.

Desde una mirada antropológica, Hilario Topete, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, planteó que las emociones sólo son comprensibles en un contexto cultural específico y sólo el entorno puede ayudar a vivirlas.

 

La emoción es una traducción de lo ocurrido en el entorno, por lo que una veta por investigar es conocer lo que ocurre en el cuerpo-mente ante el
acontecimiento de ciertos hechos.

 

Giro emocional
El estudio de las emociones por parte de las ciencias sociales y de las humanidades comenzó en la década de los ochenta en algunos países europeos y Estados Unidos, explicó en entrevista con Letra S la Dra. Oliva López Sánchez, coordinadora del evento académico y cofundadora de la RENISCE. Señaló también que, en la psicología, desde el siglo XIX se acuñó el término emoción para referirse al funcionamiento psicofisiológico de la mente, y por varias décadas dichas  emociones estuvieron asociadas con la representación de las pasiones, e incluso se propuso la posibilidad de que, en ciertos momentos, pudieran estar  vinculadas con la locura.

Sin embargo, aclara la psicóloga y antropóloga, también surgieron estudios a favor de la comprensión de la mente, del funcionamiento del cerebro y de los procesos mentales que condicionan las emociones. Fue entre la década de los ochenta y principio de los noventa que neurólogos como Antonio Damasio plantearon la necesidad del análisis de las emociones desde el punto de vista neurocientífico.

El investigador portugués, a través de su texto El Error de Descartes, planteó que la premisa cartesiana de “pienso, luego existo” separa a lo racional de lo emocional y no toma en cuenta que las emociones influyen en las decisiones y los pensamientos de las personas, por lo que lo racional no puede estar aislado de lo emocional.

Dicha visión coincide con lo que se gestaba en las ciencias sociales y las humanidades. Desde la antropología, Michelle Rosaldo, a través de su trabajo etnográfico en las Filipinas sobre la emociones del pueblo Illongot, o Catherine Lutz, por medio de su texto Antropología de las emociones (Ifaluk); desde la historia; Peter y Carol Stearns, con su “emocionología” como herramienta de trabajo para la comprensión histórica de las mismas, o William Reddy y su término “emotive” para nombrar a las expresiones emocionales, y desde la sociología, David Kemper, proponiendo a las emociones como resultado de relaciones interpersonales conforme al estatus y el poder de las personas, o Thomas Scheff y su conceptualización del orgullo y la vergüenza como preservadores de los lazos sociales: todos ellos romperían el paradigma de hacer a un lado el conocimiento “psicológico” y lo introducirían en los marcos de análisis de la sociedad.

De acuerdo con López Sánchez, estos planteamientos propiciaron el giro emocional epistemológico, permitiendo recuperar la centralidad de la dimensión emocional en la vida de los sujetos, es decir, en la interacción social, en el sentido simbólico y significativo de la cultura, en la variabilidad histórica y significativa de las emociones, las cuales, nunca más volverían a ser vistas como algo opuesto o un atentado a la razón, un cambio no sólo conceptual sino ontológico.

Para la autora de La pérdida del paraíso. El lugar de las emociones en la sociedad mexicana entre los siglos XIX y XX, el feminismo fue un gran impulsor de la línea de investigación al proponer resaltar la importancia que tiene la experiencia y la vida emocional de los sujetos no solo para construirnos y explicarnos sociológica, antropológica y psicológicamente, sino una vía para construir conocimiento y hacer investigación.

 

El investigador portugués Antonio Damasio planteó que la premisa cartesiana de “pienso, luego existo” separa a lo racional de lo emocional y no toma en
cuenta que las emociones influyen en las decisiones y los pensamientos de las personas, por lo que lo racional no puede estar aislado de lo emocional.

 

Resignificación de las emociones
En el coloquio participaron más de 100 ponentes de diferentes partes de la República Mexicana y de diferentes sitios de América Latina, lo cual es signo de un incremento en el interés por la temática que hace poco más de una década comenzó a trabajarse en el país, con lo que se logró la conformación de la RENISCE, coordinada por la propia Dra. López y la Dra. Rocío Enríquez Rosas, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO)-Universidad Jesuita de Guadalajara.

El resultado de dichos trabajos ha sido el análisis de fenómenos que parecían haber sido ampliamente explorados, pero que tenían territorios que permanecían ocultos, como el emocional. Uno de esos temas es el de la migración, pues como señala la investigadora, se habla del sujeto en la migración desde el punto de vista individual, pero hace falta saber cuáles son las razones emocionales por las que migra y cómo vive el proceso.

Entre los temas discutidos durante el Coloquio estuvieron la reacción de las y los periodistas ante la violencia en su contra en los últimos años, el surgimiento de una sensación de miedo, y a su vez, la posibilidad de una organización gremial para su propio resguardo y exigencia de garantías de seguridad; la urgencia de modificar los patrones con respecto a las labores de cuidado, tomando en cuenta la dimensión emocional que implican las mismas o el abordaje de las emociones en los estudios de masculinidades para analizar las paternidades, sobre todo adolescentes, la pérdida de empleo, la educación sentimental y el impacto individual ante cuestionamientos sobre el rol de género.

Para la co-coordinadora de la colección de libros Emociones e interdisciplina, una de las preguntas que debemos hacernos es con qué emociones pensamos, pues dependiendo de ellas es como actuaremos ante determinada situación.

Por esa razón, las considera como “una dimensión fundamental, como el género, que deben ser vistas como categorías transversales para entender las relaciones y los fenómenos en el presente”.

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