Educación sexual llega al aula — letraese letra ese

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Educación sexual llega al aula


De las 416 escuelas secundarias públicas existentes en Querétaro, sólo nueve utilizarán, durante el próximo ciclo escolar, libros en los que se expliquen los temas de sexualidad y métodos anticonceptivos, en conformidad con lo establecido en el programa de estudios aprobado por la Secretaría de Educación Pública para el primer grado de secundaria en la materia de Ciencias 1, enfocada a Biología. En el 98 por ciento de las escuelas queretanas se utilizarán textos que no contengan “información sexual explícita”.

El secretario de educación de la entidad, Alfredo Botello Montes, ha argumentado que la medida no representa ningún problema, pues conforme al nuevo modelo educativo, en vigor a partir del período escolar entrante, un porcentaje del horario de clases puede ser destinado a los temas que la “comunidad” determine y ellos pueden optar por la mejora de los contenidos.

En otras zonas del país, organizaciones de padres de familia han argumentado que “un niño de 12 años no está preparado emocionalmente ni corporalmente” para hablar de temas de sexualidad, tema que, aseguran, “compete directamente a la familia” y, por tanto, como padres y madres tienen el derecho a escoger el tipo de educación que quieren para su hijas e hijos.
Grupos como la Unión Cristiana Nacional han calificado a los libros que abordan el tema de la sexualidad como “perversos” porque están enfocados en el erotismo “y trastocan los valores inculcados a los estudiantes por la familia”.

Por su parte, la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) comenzó a circular a través de redes sociales una carta con el objetivo de reunir, al menos, 20 mil firmas, y enviarla a Otto Granados Roldán, secretario de Educación Pública, a fin de impedir que en las clases se le dé “peso a la diversidad sexual, a conceptos como diferencia entre género y sexo, homofobia y transexualidad, erotismo y actividades para la autoexploración”. En la misiva, que hasta el momento ha sido firmada por 12 mil personas, exigen la revisión de los nuevos contenidos y materiales que se vayan creando; que sean ellos, y nos los directivos y maestros, quienes escojan los libros de biología a utilizar, y la garantía de su derecho a elegir la educación sexual para sus hijos.

Dichas reacciones se produjeron tras conocerse los contenidos de los nuevos libros de texto y rumorarse que la homosexualidad o la masturbación eran los temas principales en el apartado de educación sexual.

Contenido científico
Para el próximo ciclo escolar, la SEP aprobó 17 libros de texto para la materia de Biología 1 de primer año de secundaria, entre cuyos objetivos está que el estudiante “argumente los beneficios de aplazar el inicio de las relaciones sexuales y de practicar una sexualidad responsable, segura y satisfactoria, libre de miedos, culpas, falsas creencias, coerción, discriminación y violencia como parte de su proyecto de vida en el marco de la salud sexual y reproductiva”, además de “comparar la eficacia de los diferentes métodos anticonceptivos en la perspectiva de evitar el embarazo en la adolescencia y prevenir ITS, incluidas VPH y VIH”. Los temas a tratar a lo largo del ciclo escolar son la célula, salud y nutrición, sexualidad, métodos anticonceptivos, adicciones, y diversidad de los seres vivos.

La manera en que se abordan los temas en cada libro varía, pues la reglamentación vigente sólo establece en los contenidos los temas por abordarse, pero no la manera en que deben exponerse ni el número de páginas dedicadas a cada tema. El promedio de páginas por tema es de 25. El menor número es de siete y la mayor extensión, de 52.

 

Después de haber librado una batalla histórica para incorporar el tema, todos los libros de texto de biología para el próximo ciclo escolar hablan del inicio de la vida sexual, entre otros temas de sexualidad. Sin embargo, dicen expertos, todavía falta mucho camino por recorrer para una eduación sexual integral.

 

Tras una revisión a los libros, Letra S se percató de que en algunos el tema de sexualidad es una unidad completa, mientras que en otros, es parte de la unidad dedicada a la salud física y emocional. En la mayoría, se dividen los contenidos en sexualidad y en métodos anticonceptivos e ITS.

Los conceptos que se manejan en todos los libros son los de reproductividad, inicio de la vida sexual, embarazo adolescente, anticonceptivos, virus de inmunodeficiencia humana, virus del papiloma humano y potencialidades de la sexualidad, englobando dentro de esta categoría a la reproducción, el erotismo, el género y la vinculación afectiva. Otros, como el género por sí solo (14 de 17) o los derechos sexuales y reproductivos (12 de 17) están presentes en la mayoría, y tópicos como el de diversidad sexual (8 de 17) o el de violencia, sobre todo de género y/o discriminación, aparecen en una tercera parte de los libros, al igual que el placer o el orgasmo. La mención de los derechos humanos es mínima o no se les vincula directamente con la sexualidad.

Un tema que se aborda en todos los textos es el del inicio de la vida sexual. En algunos libros, como el de Editorial Trillas, se pide de manera explícita esperar a tener relaciones sexuales o aplazar el inicio de las mismas. En algunos se sugiere hacer un plan de vida, en otros se argumenta que la vida sexual debe aplazarse hasta tener una madurez física y poder alcanzar la etapa adulta, y no mermar las oportunidades de desarrollo personal. En el caso del texto de Fernández Editores, se sugiere que aplazar las relaciones sexuales implica disminuir los riesgos de contraer una ITS y de un embarazo. En otros se promueve el uso de métodos anticonceptivos para iniciar una vida sexual y se explican las dificultades que puede acarrear un embarazo en la adolescencia. Algunos más advierten sobre los riesgos del inicio de una vida sexual en etapa temprana, pero argumentan que la decisión debe ser libre, personal y autónoma. Ciertos textos, como el de editorial Santillana, manejan el tema de la abstinencia como el único método anticonceptivo con una efectividad de 100 por ciento.

Otro ejemplo de la diferencia de enfoques es en lo referente al VIH. En el texto ofrecido por editorial Edelvives, la información sobre el virus es de un párrafo, mientras el promedio general es de una página. En la mayoría, se hace referencia al VIH y luego al sida como una posible situación derivada del virus, pero en dos, el de editorial Esfinge y el sello El Correo del Maestro, el nombre del apartado es “sida”.

Uno de los rumores más fuertes compartidos en los medios de comunicación era que en los libros se hablaba de masturbación. En algunos textos, se incluyó el tema en la sección de mitos para desmentir algunos como que a quienes se masturban le crecen cabellos en las manos, que los barros y las espinillas eran producto de la masturbación o que ésta podría causar “retraso mental”. La mención más amplia encontrada en los libros fue de un párrafo.

Batalla histórica
El debate por la determinación de contenidos en los planes de estudio ha sido histórico. Desde la aprobación de la Constitución Política vigente, en 1917, surgieron grupos en contra de la laicidad en la educación, entre ellos la UNPF. Uno de los artículos más debatidos durante la redacción de la nueva Constitución fue el tercero, relativo al derecho a la educación, pues varios sectores de legisladores se oponían a que las tareas educativas le fueran arrebatadas al clero.

Posteriormente, como señala Esther Corona, coautora del artículo Evolución y resistencia a la educación sexual en México, y asesora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en el país hay cuatro momentos históricos muy específicos en los que se ha debatido la inclusión de la educación sexual en los planes de estudio. El primero se remonta a la década de los 30, cuando el entonces secretario de Educación, Narciso Bassols, presentó una iniciativa para impartir, dentro de la educación socialista propuesta, los temas de nacimiento, concepción y reproducción, en seguimiento a lo establecido en el Congreso Panamericano para la Niñez. La propuesta derivó en una serie de protestas y amenazas por parte de grupos de padres de familia y la cancelación de la iniciativa.

 

En todos los libros se manejan los conceptos de reproductividad, inicio de la vida sexual, embarazo adolescente, anticonceptivos, VIH, VPH y potencialidades de la sexualidad, englobando dentro de esta categoría a la reproducción, el erotismo, el género y la vinculación afectiva.

 

El segundo momento ocurre en la década de los 70, cuando el gobierno mexicano decidió crear un plan nacional de planificación familiar, que incluía la impartición de educación sexual en las escuelas primarias y secundarias. Las protestas se desataron de nueva cuenta, incluyendo la quema pública de libros de texto en Aguascalientes y San Luis Potosí. A pesar de los incidentes, la propuesta fue aprobada.

El tercer momento clave fue la modificación a la Ley General de Educación en 1993, que derivó en una ampliación de los contenidos en los temas de sexualidad y reproducción. Las respuestas no se hicieron esperar y hubo múltiples acusaciones de que los libros contenían material pornográfico.

Un cuarto episodio favorable ocurrió en 2008, cuando en México se firmó la Declaración Ministerial Prevenir con Educación, con la finalidad de ampliar el acceso a la educación sexual en los países de América Latina y promover el modelo de educación integral de la sexualidad. Derivada de la iniciativa surgió la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo.

Remedio a medias
“Un poco reducido” es el diagnóstico de Eusebio Rubio, director general de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, con respecto al contenido de los libros de texto en los cuales se abordará el tema de sexualidad. Incluso, aseguró, en la mayoría de ellos se privilegia la visión biológica, dejando a un costado el contexto social de las lecciones por aprender.

Al respecto, Corona consideró que las lecciones sobre sexualidad no deben impartirse hasta la secundaria, sino que deben comenzar en el preescolar, abordando contenidos adecuados a la edad, con planes estructurados, una visión integral basada en un enfoque de derechos humanos, equidad de género, adecuada a la cultura y desarrollo de habilidades para la vida, en este caso, para una vida saludable.

Incluso, añadió que la educación sexual sirve para prevenir embarazos adolescentes no deseados e ITS, pero también para el desarrollo emocional y social de la persona, por lo que cuestionó la propuesta actual de la materia de educación socioemocional, en cuyo currículo no hay una sola mención a la sexualidad, difundiéndose la idea de que las emociones no están vinculadas con la sexualidad.

Para José Aguilar, director de la Red Democracia y Sexualidad, si bien la inclusión de estos contenidos en los libros no es garantía de que sean abordados en las aulas, el mayor reto es “convertir en política de Estado la educación sexual y que ésta no tenga que ver con las convicciones y creencias de cada político que llega al poder”.




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