La Santa Inquisición y la tanga — letraese letra ese

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La Santa Inquisición y la tanga


Diversas encuestas han mostrado que la prenda interior femenina favorita de los hombres es la tanga, esa delgada línea de tela que cruza entre los glúteos y sólo cubre aquello que es muy necesario, aunque en ocasiones permite el asomo de algo más a lo “permitido”.

La periodista alemana Anja Bergelson ha desmentido el imaginario colectivo de que esta prenda tuvo su origen en Brasil, y lo propone en la isla chilena de Santa d’Or. En esa ínsula, cerca del archipiélago Juan Fernández, las mujeres solían utilizar unas conchas llamadas tongas para cubrir algunas partes de su cuerpo como la vulva.

La investigación de la comunicadora encontró que en el lejano siglo XVII, un navegante español llamado Yañez Iglesias naufragó junto con su esposa, Yolanda Luccara, en la isla. En ese lugar aprendieron el uso de estas conchas y, luego de ceder a la presión de regalar parte de la tela de sus velas a las nativas, observaron cómo ellas adaptaron el obsequio en sustitución de las conchas.

La idea les gustó y la trasladaron a Salvador de Bahía, Brasil, en donde radicaron un tiempo. Una vez que estuvieron de regreso en Europa, específicamente en la ciudad de Madrid, consideraron que esta prenda podía ser un buen producto comercial. Tras mostrárselo a algunos amigos, todo el asunto llegó a oídos de la Santa Inquisición, que los sometió a un proceso que terminó en su muerte.

Otros sitios geográficos como Tanzania se han adjudicado el origen de la pieza, o creadores como Rudi Gerneich su rediseño y comercialización. Los orígenes de este pequeño pedazo de tela objeto del deseo de muchas personas (pues también existe su versión masculina) continúan siendo inciertos pero su auge no cesa.

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